Redacción
14/01/2013
El nivel de peligrosidad para la salud del aire en Pekín ha llevado a las autoridades a recomendar a niños y ancianos que se quedaran en casa.
La contaminación era tres veces más mayor que el nivel considerado peligroso para la salud de las personas.
En algunas zonas del norte de la República Popular, la visibilidad ha quedado reducida a menos de cien metros debido a una espesa niebla provocada por la contaminación.
En términos técnicos, los estándares de salud dicen que la concentración de las partículas contaminantes más pequeñas en el aire no deben superar los 25 microgramos por metro cúbico. Este es el índice PM2.5.
En un nivel de 100 microgramos por metro cúbico ya se considera peligroso para la salud y en el de 300 se recomienda a la población, sobre todo mayores y niños, permanecer en sitios cerrados.
En el caso del pasado fin de semana, oficialmente se ha sobrepasado este nivel, puesto que las mediciones oficiales hablan de 400 microgramos por metro cúbico.
Hasta ahí el reconocimiento oficial. Pero los datos habituales en los que muchos chinos confían realmente para conocer las amenazas para su salud, los que ofrecen los medidores de la embajada de Estados Unidos, la proporción de partículas contaminantes habría alcanzado los 800 microgramos por metro cúbico, ocho veces el nivel considerado ya peligroso.
Las autoridades, que aseguran que el nivel de PM2.5 ha bajado a 350 este lunes, reconocen que en los últimos días se han incrementado las consultas en hospitales y centros de salud por problemas respiratorios.
Según informa el órgano oficial del régimen en inglés, el
China Daily, las autoridades de la capital ya han tomado medidas para rebajar el índice PM2,5 y sobre todo, para prevenir que algunas actividades al aire libre causen dolencias respiratorias a los ciudadanos.
En este sentido, las actividades deportivas en el exterior han quedado prohibidas al menos hasta este martes.
Las causas del fuerte aumento de la contaminación del aire en la capital china se deben a la combinación de las emisiones de la actividad industrial, de los humos emitidos por más de cinco millones de vehículos y por el incremento del uso de estufas de carbón para las calefacciones en estos días de frio invierno. Además, el viento no ha soplado en Pekín en los últimos días y, en consecuencia, no se ha llevado las partículas contaminantes.
Los responsables municipales han ordenado la paralización de la actividad en grandes plantas industriales y en amplios solares en construcción.
China Daily pone en relieve en su edición de este lunes la necesidad de conseguir un equilibrio entre desarrollo y calidad de vida.
Asimismo, el Global Times, otro medio oficial destinado a que el mundo globalizado conozca la posición de Pekín, advierte que China se enfrenta a un grave riesgo medioambiental a largo plazo.
Las redes sociales, muy sensibles a cuestiones candentes como el medioambiente o la corrupción, se han hecho eco de este grave episodio de contaminación atmosférica en la capital.
El de la polución del aire, de las aguas y del suelo, no es un reto nuevo en China tras tres décadas de crecimientos del PIB en muchos casos cercanos a los dos dígitos.
Pero este nuevo pico de
contaminación en Pekín y el norte del país ha abierto pues, definitivamente, el debate público sobre los costes medioambientales y en materia de salud del modelo de desarrollo basado, hasta la fecha, en la industrialización y la urbanización aceleradas sin garantías de sostenibilidad.
Este nuevo episodio obliga a las autoridades a repensar nuevas medidas preventivas que acompañen los futuros procesos de urbanización –el paso de la mayoría de la población china de un entorno rural a uno urbano--.
Los medios oficiales advierten que el crecimiento de las ciudades no ha ido acompañado, por ejemplo, de la creación de zonas verdes proporcionadas al incremento de la población.
Como medida más urgente, se impone la necesidad de regular el uso del vehículo privado, que hoy colapsan las grandes arterias de las megaurbes chinas.