Redacción
14/05/2012
El responsable de las negociaciones con los talibanes, Maulvi Arsala Rahmani, ha sido asesinado a tiros en Kabul. El atentado representa un serio revés para el gobierno de Karzai en su intento de llegar a algún tipo de acuerdo con la insurgencia talibana.
Maulvi Arsala Rahman era un miembro veterano del Alto Consejo de Paz, el órgano afgano responsable de las negociaciones, y el presidente Karzai lo consideraba una figura clave para llegar a acuerdos con los dirigentes talibanes.
Rahmani fue tiroteado en la mañana del domingo cuando viajaba en su vehículo por las calles de Kabul y
murió en el acto. El fallecido se dirigía en coche y sin escolta a una reunión en la zona diplomática. Los talibanes han negado la autoría del atentado.
A Rabbani se le consideraba una persona clave por ser una de las primeras figuras vinculadas con el régimen talibán en sumarse al proceso de paz. Había sido ministro de Educación del régimen talibán derrocado por la operación militar liderada por Estados Unidos en 2001. Era uno de los exdirigentes talibanes que fue eliminado de la lista negra de la ONU para facilitar el proceso negociador.
No es la primera vez que el responsable de las negociaciones con la insurgencia es asesinado. En septiembre pasado, un ataque suicidad acabó con la vida del máximo dirigente del Alto Consejo por la Paz, el expresidente afgano Burhanuddin Rabbani.
La muerte de Rahmani abre un nuevo periodo de incertidumbre sobre la política que el gobierno de Karzai, con apoyo de Estados Unidos, está llevando a cabo para alcanzar algún tipo de acuerdo de paz con los talibanes moderados.
La vía iniciada con la apertura de una oficina de representación de los talibanes en Catar para negociar con Estados Unidos, de momento, está paralizada tras las acusaciones de los insurgentes de que Estados Unidos no respondía a sus demandas de liberar a los presos de Guantánamo.
El presidente Karzai confía en que en breve las fuerzas de seguridad afganas ya conseguirán tener bajo su control el 75% del territorio. Las tropas de combate bajo mandato de la OTAN se retirarán a finales de 2004.