Redacción
28/11/2011
De los
120 escaños que forman el parlamento, el Partido Nacional obtiene
60 diputados y se queda a uno de la mayoría absoluta, con el 48% de los votos.
El partido de John Key contará con el respaldo de los dos escaños que aportan el partido ACT y el movimiento Futuro Unido, socios de gobierno en la última legislatura. Además intenta alcanzar un acuerdo formal con el Partido Maorí, que ha obtenido tres diputados. Los resultados le permitirán formar una mayoría estable para gobernar sin necesidad de pactos.
La principal fuerza de la oposición, el Partido Laborista, registra un fuerte descenso al obtener sólo 34 escaños, nueve menos que en las anteriores elecciones. Su líder, Phil Goff, ha reconocido la amplia derrota y se espera que presente mañana su dimisión en el comité del partido para iniciar un proceso de renovación.
La tercera fuerza del parlamento es el Partido Verde, con 13 escaños y un 10,6% de los votos.
La sorpresa de las elecciones la ha dado el partido Nueva Zelanda Primero, liderado por Winston Peters, al obtener casi un 7% de los votos y ocho escaños.
La opinión pública ha valorado la actuación del primer ministro John Key en la gestión de graves crisis, como el terremoto de Christchurch o el accidente en la mina Pike River.
El primer ministro ha declarado que el electorado ha apostado por un gobierno fuerte para hacer frente a la crisis económica.
John Key ha fijado como prioridades del nuevo gobierno la privatización parcial de empresas estatales, la reconstrucción de Christchurch, la segunda ciudad del país, destruida por el terremoto y reformas profundas en el estado del bienestar.
En un discurso televisado, Key aseguró que cumplirá su programa electoral y venderá el 49% de participaciones del estado en la aerolínea Air New Zealand y en cuatro empresas de energía.
El objetivo es reducir los 13.600 millones de dólares estadounidenses de déficit que tiene Nueva Zelanda y generar superávit para el ejercicio 2014-2015.
La economía del país, además de sentir los efectos de la crisis mundial, se ha visto golpeada por los efectos del terremoto, que exigen importantes inversiones para la reconstrucción. Los datos económicos muestran un anecdótico crecimiento del PIB del 0,1% en el segundo trimestre y las agencias de calificación de riesgo, Standard & Poors y Fitch, degradaron en septiembre el nivel de la deuda soberana.
Las elecciones celebradas el sábado 25 de noviembre han registrado un nivel de abstención record. El 68,8% de los votantes han acudido a la cita con las urnas. Algunos
analistas destacan que la abstención, que representa el 31,2% de los votantes, se ha convertido en la tercera fuerza de estas elecciones.