Redacción
05/05/2011
Ante el alud de críticas que Pakistán ha recibido por no haber detectado, supuestamente, el refugio de Osama Bin Laden, el primer ministro Yousaf Raza Gilani ha respondido durante su viaje oficial a París que Pakistán ha compartido su
información con los Estados Unidos y con el resto del mundo, por lo que el fallo no puede sólo atribuirse al servicio de inteligencia pakistaní.
Además, desde el gobierno se ha querido dejar claro que no permitirán que Estados Unidos vuelva a llevar a cabo una violación de su soberanía, como ha ocurrido en este caso al actuar en territorio pakistaní sin su consentimiento.
En Pakistán no han sentado bien las palabras del director de la CIA, Leon Panetta, que justificó no haber avisado a las autoridades pakistaníes de la operación por temor a que se produjeran filtraciones que echaran a perder la operación.
Ante esta declarada desconfianza de Estados Unidos, desde Pakistán ha habido múltiples respuestas para intentar salvar la reputación del país. Entre ellas, el jefe de las fuerzas armadas Ashfaq Parvez Kayani ha reivindicado que no se puede poner en duda el papel de Pakistán en la lucha contra el terrorismo o el presidente Zardari contestaba que la acusación de Panetta es una especulación sin ningún fundamento.
Incluso desde
Afganistán se ha cuestionado cómo puede Pakistán mantener la seguridad de su armamento nuclear si no es capaz de descubrir que tiene al hombre más buscado del mundo a una hora de su capital.
También ha querido aportar su punto de vista el expresidente y exgeneral Pervez Musharraf, exiliado en Londres, quien se ha mostrado muy sorprendido de que Bin Laden estuviera en Abbottabad.
Musharraf se ha mostrado disgustado porque el ISI no lo hubiera detectado y ha pedido una investigación sobre la actuación de la inteligencia pakistaní, pero a la vez el exdictador ha querido defender al ISI asegurando que no es posible que haya habido complicidades para esconder al líder de Al Qaeda.
De hecho, de confirmarse que Bin Laden habitaba, de forma permanente o no, esta casa desde hacía seis años, Musharraf no tiene más remedio que apoyar a los militares, dado que él fue su máximo responsable hasta el final de su gobierno militar a principios de 2008.
¿Un pacto de silencio?
Pero más allá de por qué el ISI no detectó o no comunicó el escondite de Bin Laden, quedan otras preguntas en el aire, como si es posible que Pakistán no detectara a los helicópteros norteamericanos en su camino desde Afganistán hasta Abbottabad, y más teniendo en cuenta que hay menos de un kilómetro entre la casa en la que se produjo el asalto y la principal academia militar del país.
Ante estas incógnitas, el
antiguo responsable del ISI, el teniente general Asad Durrani, ha declarado que considera inconcebible que el gobierno de Islamabad no conociera el asalto. Según Durrani, los helicópteros pakistaníes también estaban en el aire, lo que probaría que estaban involucrados en la operación.
Pero Durrani cree que se ha impuesto un pacto de silencio político para evitar las críticas que comportaría para el gobierno de Pakistán reconocer la participación en una operación de este tipo de la mano del ejército de Estados Unidos, algo que una parte importante de la sociedad pakistaní no entendería.
La OTAN mantiene su estrategia
A tres meses del inicio de la retirada de tropas, la
OTAN no cambiará su estrategia en Afganistán a pesar de haber cumplido uno de los principales objetivos de la intervención, encontrar a Bin Laden.
Así lo afirmaba este miércoles en rueda de prensa el Secretario General de la OTAN,
Anders Fogh Rasmussen, quien explicó que el motivo de la misión es asegurar “que Afganistán no vuelva a ser nunca más un refugio de extremistas y que se desarrolle en paz y seguridad”.
Rasmussen también planteó la necesidad de reforzar los lazos con Pakistán para evitar que el terrorismo prolifere en este país. También comparte esta opinión la secretaria de Estados norteamericana Hillary Clinton, que reconoce que aunque la relación entre los dos países no siempre es fácil, hay que seguir cooperando a todos los niveles porque se trata de una "
relación fructífera" para ambas partes.