La crisis nuclear de Fukushima sigue fuera de control

Redacción 16/03/2011 Los 50 trabajadores que permanecen en la central para intentar controlar la situación y refrigerar los reactores han regresado a la planta tras ser evacuados temporalmente ante el aumento del nivel de radiación.

La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón cree que una posible fuga radiactiva en el reactor número dos podría ser la causante de la subida del nivel de radiación. A la 10:40 de la mañana del miércoles, hora local, el nivel de radiación en la puerta principal de la planta empezó a aumentar hasta niveles alarmantes, se elevó a 1000 milisiervets, pero en media hora descendió hastas los 2,7 milisieverts.

Durante la mañana se han sucedido algunos incendios y explosiones. Según informa la agencia de noticias Kyodo la vasija de contención del reactor número 3 puede estar dañada provocando la emisión de gases radioactivos y también se ha registrado un incendio en el reactor número cuatro.

El gobierno japonés ha informado que unas doscientas mil personas han sido evacuadas de los alrededores de la central de Fukushima Daichi.

Cinco días después del terremoto del día 11 de marzo que sacudió el noreste de Japón la cifra oficial de víctimas mortales supera los 3.600, pero contando los desaparecidos se cree que el número final de muertos alcanzará los 11.000. La televisión japonesa resalta que es la primea vez desde la Segunda Guerra Mundial que se registran tantas víctimas en un desastre natural.

El emperador japonés, Akihito, se ha dirigido a la nación en un inusual mensaje televisado par expresar su preocupación ante los impredecibles sucesos que se viven en la planta nuclear y ha asegurado que reza por la seguridad del mayor número de personas. Akihito no dirigía un mensaje parecido a la población desde el terremoto de Kobe en 1995, donde murieron 6.400 personas.


La bolsa se recupera

Tras una caída acumulada en los dos últimos días del 16%, la peor en 23 años, el Nikkei ha empezado a recuperar la confianza en la economía nipona y ha cerrado este miércoles con un incremento del 5,68%, superando de nuevo los 9.000 puntos.

La recuperación ha venido impulsada por las grandes compañías exportadoras, como Sony o Panasonic, y automovilísticas, como Nissan o Toyota, que habían sido a su vez las más perjudicadas por las caídas previas.

El Banco de Japón, que desde el primer momento ha intentado estabilizar los mercados y evitar el colapso del sistema financiero con importantes inyecciones monetarias, este miércoles ha aportado otros 62.000 millones de dólares.

En los tres días laborables tras el terremoto y el tsunami del viernes pasado, el Banco de Japón ha inyectado un total de 346.000 millones de dólares y no descarta hacer otras aportaciones adicionales antes de finalizar esta semana.

Tokio contra Tepco

El gobierno japonés no esconde la pérdida de confianza para con la empresa que gestiona la central de Kukushima, Tepco (Tokyo Electric Power), por esconder o retrasar información sobre los acontecimientos en los reactores dañados.

El primer enfrentamiento entre el gabinete de Naoto Kan y la empresa surge de la lentitud con la que la empresa informaba el sábado al gobierno de una explosión en Fukushima. La compañía eléctrica tardo al menos una hora en dar cuenta del incidente, por lo que el primer ministro, que se encontraba en ese lapso de tiempo compartiendo sus datos sobre la crisis nuclear con la oposición, no pudo informar de la explosión.

Al salir de la reunión, la oposición pudo acusarle o bien de esconder elementos clave de la crisis o de carecer de liderazgo.

La crisis de confianza entre el gobierno y la compañía es particularmente grave porque Tepco también era la eléctrica que gestionaba la central de Kashiwazaki, dañada por un seísmo de mucha menor intensidad en 2007.

Tepco fue duramente criticada entonces por minimizar en un principio los datos de radiación. Con el paso de los días, la compañía reconoció que el grado de radioactividad del agua vertida al mar era mucho mayor, así como la cantidad.

A la vista de lo acontecido en Fukushima, el precedente no sirvió para que el comportamiento de Tepco haya sido más responsable en el que ya se considera uno de los accidentes nucleares más graves de la historia, junto al de la central soviética Chernobil, en 1986.