Redacción
11/03/2011
La costa nororiental de Japón ha sufrido fuertes daños como consecuencia de un terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter y el posterior tsunami.
El seísmo es el más fuerte que se ha registrado en Japón en toda su historia y el número de víctimas mortales podría superar el millar, según los datos de la gencia de noticias Kyodo
El gobierno ha advertido a la población que el número de víctimas puede ser extremadamente alto ya que hay muchos desaparecidos. En las playas de a ciudad de Sendai se han encontrado unos 300 cadáveres. Al menos se tiene constancia que dos trenes de pasajeros han desaparecido y un barco con un centenar de personas.
Olas de hasta diez metros de altura provocadas por el fuerte seísmo han invadido los puertos del norte de la isla de Honshu, la mayor del archipiélago, arrastrando coches, viviendas e infraestructuras a su paso.
El seísmo se ha producido a las 14:46 del viernes, hora local, y según la Agencia Meteorológica de Japón es el más fuerte que se ha registrado en 140 años y el quinto del mundo.
El epicentro se ha localizado en el Océano Pacífico, a 130 kilómetros de la península de Ojika y una profundidad de diez kilómetros. Hace dos días se registró en la misma zona un pequeño terremoto de magnitud 7,3 que no causó daños. La propia Agencia Meteorológica de Japón había advertido que durante esta semana se producirían réplicas, pero se esperaba que no superaran los 4 grados en la escala Ritchter
El transporte por tren y carretera se ha paralizado en buena parte del país y el servicio del tren bala, el shinkansen, ha quedado suspendido. Los aeropuertos de Tokio, Narita y Haneda, se han cerrado provisionalmente al tráfico aéreo a la espera de verificar el estado de las pistas y los puertos de todo el país también se han cerrado debido a la alerta de tsunami. Se calcula que sólo en Tokio hay cuatro millones de viviendas sin electricidad.
El primer ministro, Naoto Kan, en un discurso televisado ha asegurado que todos los esfuerzos se centrarán en rescatar a las víctimas y en apoyar a los afectados. Kan ha anunciado que se ha establecido un gabinete de emergencia para coordinar todas las acciones que además de la atención a los afectados y el rescate de supervivientes, incluye asegurar el suministro de agua, energía y alimentos.
En Tokio, a través de las imágenes suministradas por la principal televisión del país,
NHK, se puede constatar como numerosas infraestructuras han quedado inundadas y se han producido algunos incendios.
Los incendios desatados en varias centrales nucleares han obligado al gobierno a activar el estado de “emergencia nuclear”, aunque se asegura que no hay indicios de ninguna fuga de material radioactivo.
Testimonios sobre el terreno relatan a través de
Twitter el caos provocado en las calles de las grandes ciudades a pesar de la preparación de la que dispone la sociedad japonesa, acostumbrada a la alta actividad sísmica.
Al pánico provocado por el tsunami se añaden las numerosas réplicas que se han sucedido en las horas posteriores al gran temblor.
Una alerta de tsunami se ha extendido para los países de la región del Pacífico, pero ya ha sido levantada. Rusia ha preparado la evacuación de los residentes en las Islas Kuriles, al norte del Japón. Taiwán ha emitido una alerta para toda la costa noroeste e Indonesia ha pedido a los habitantes del este del archipiélago que permanezcan alerta. En Filipinas también se ha activado la alerta.
Estados Unidos y algunos países de América del Sur también han emitido advertencias a la población ante la posible llegada de grandes olas.