Redacción
16/02/2011
Japón ha anunciado la suspensión temporal de la caza de ballenas ante el acoso que su flota ha estado sufriendo por parte del barco de la ONG ecologista
Sea Shepherd Conservation Society.
Desde la Agencia de Pesca nipona se ha comunicado que la decisión de
suspender la temporada de caza en el Antártico, que va de diciembre a marzo, se debe a motivos de seguridad. Ahora estudiarán si se pone fin a esta temporada y regresan a Japón antes de lo previsto y cómo hacerlo.
La flota ballenera nipona consta de cuatro embarcaciones, con un total de 180 personas a bordo. Estos barcos han estado sufriendo la presión de los activistas de Sea Sepherd desde hace semanas con acciones como bloquearles el paso o obligarles a cambiar de dirección, dificultarles el repostar o lanzarles líquidos corrosivos a la cubierta.
La caza de ballenas para uso comercial está prohibida desde 1986, pero Japón se beneficia de una regulación que le permite cazar una cuota anual de alrededor de mil ballenas para usos científicos. Sin embargo, mucha de esta
carne de ballena acaba siendo vendida en los mercados, algo por lo que Japón es internacionalmente criticado.
El año pasado, la flota regresó a Japón con poco más de la mitad de las ballenas que la cuota le permitía y esto año, según Sea Shepherd, podría no haber cazado más de cien ejemplares.
Lo que desde esta organización se ve como una victoria, para Japón supone una grave intromisión agravada por la presión diplomática internacional. Pero varias asociaciones, como
Greenpeace, aseguran que el motivo real del cese de la caza es que el propio sector ha entrado en crisis ante la caída de la demanda en los mercados nipones gracias en parte a la concienciación de la población.
Para Greenpeace, estas campañas ya no salen rentables, por lo que vaticinan que la caza de ballenas por parte de flotas japonesas está llegando a su fin.