Protestas contra las reformas del gobierno en Corea del Sur
Miles de personas han vuelto a salir a la calle en la capital de Corea del Sur en protesta contra las reformas que impulsa la presidenta Park Geun-hye en materia laboral, educativa y de recorte de libertades.
El sábado 5 de diciembre miles de manifestantes volvieron salir a la calle pidiendo la dimisión de la presidenta y la paralización de las reformas. Es la segunda movilización en menos de un mes que ha llenado las calles de Seúl y las protestas se han reproducido en otras ciudades.
La manifestación pone en evidencia el descontento de la población ante el proyecto de reforma laboral que permitirá despedir a trabajadores en función de su rendimiento, además de abaratar la indemnización.
Los manifestantes también rechazan el nuevo plan educativo y la reforma de los contenidos de los libros de texto de historia por parte del gobierno. Desde la presidencia se asegura que se trata de combatir un enfoque sesgado de la historia con contenidos "peligrosos de izquierdas".
Además, y escudándose en la amenaza terrorista, el gobierno intenta aprobar nuevas medidas que recortan las libertades, como la prohibición de manifestarse con cualquier prenda o utensilio que permita ocultar la identidad.
La apuesta del gobierno conservador de intentar controlar los libros de texto y recortar las libertades trae recuerdos del periodo dictatorial que vivió Corea del Sur bajo la dirección de Park Chung-hee (1961-1979), padre de la actual presidenta.
La concentración del sábado reunió a 14.000 personas, según las fuerzas de seguridad, y 50.000 según los organizadores y discurrió de forma pacífica con la participación de representantes de la oposición, sindicalistas y líderes religiosos de diferentes confesiones.
Aunque la cifra de participantes es inferior a las 130.000 personas que salieron a la calle el 14 de noviembre pasado, en la mayor manifestación celebrada en el país desde 2008, muestra que el rechazo a las reformas persiste.
En esa ocasión la manifestación acabó con graves altercados, que provocaron una treintena de heridos y medio centenar de detenidos.
La policía ha intentado detener a Han Sang-Gyun, líder de la Confederación de Sindicatos surcoreana, que permanece desde entonces refugiado en un templo budista de Seúl y desde el que ha pedido la convocatoria de una huelga general como respuesta a la reforma.
La situación del sindicalista está cargada de simbología ya que refugiarse en templos budistas o iglesias católicas era un recurso que utilizaban los activistas prodemocracia durante el periodo de la dictadura en Corea del Sur.
La policía había intentado prohibir la manifestación del sábado aduciendo el riesgo de enfrentamientos violentos, pero la decisión fue revocada por la justicia que la ha considerado desproporcionada.
La presidenta Park Geun-hye ha reaccionando presionando a los líderes del gobierno y la oposición para que lleguen a un acuerdo y den luz verde a las reformas antes de que acabe el actual periodo de sesiones, esta semana.
El próximo abril se celebran elecciones legislativas y los cambios pueden quedar en papel mojado si no hay una mayoría suficiente del conservador Saenuri, el actual partido del gobierno.