Las medidas de Pekín no consiguen detener las caídas en las bolsas
Si en la sesión del lunes las medidas adoptadas por Pekín parecían funcionar, las dos siguientes sesiones han confirmado que el pánico no se ha detenido.
Simplemente, las empresas se retiran de la cotización al verse claramente que no se pueden sostener en el 10% de pérdidas diarias permitido.
Estas medidas, así como la inyección de dinero y la compra de títulos, no han hecho más que aumentar la sensación de crisis en los mercados financieros chinos, en lugar de tranquilizarlos.
La situación es especialmente paradójica al darse la circunstancia que los niveles de ambas bolsas, Shanghái y Shenzhen están, a pesar de la caída del 30% de las últimas semanas, en niveles mucho más altos que hace un año.
Hasta la fecha, la actuación del gobierno chino puede deberse más a la necesidad de demostrar que controla la situación que a una verdadera necesidad financiera.
Y al tiempo, el temor de las autoridades chinas es que los numerosos pequeños inversores que han entrado en los mercados atraídos por los fuertes crecimientos de los últimos tiempos pierdan todo su dinero, un potencial factor de desestabilización social.