Japón aprueba impopulares e históricos cambios en la Ley de de Autodefensa
La cámara baja del parlamento japonés ha aprobado los cambios promovidos por el gobierno de Shinzo Abe para reformar la Ley de Autodefensa y permitir que el ejército japonés pueda combatir en el extranjero. La reforma ha sido contestada en las calles con manifestaciones.
La aprobación de los dos nuevos proyectos de ley reinterpreta la llamada Constitución Pacifista instaurada tras la II Guerra Mundial que impedía que las Fuerzas de Autodefensa, nombre con que se bautizó al ejército, pudiera llevar a cabo acciones militares fuera de territorio japonés.
La oposición y gran parte de la opinión pública se oponen a esta reforma que representa el mayor cambio en materia de defensa desde el final de la II Guerra Mundial y que despierta miedos ante una nueva militarización de Japón.
Para el primer ministro, Shinzo Abe, la reforma es necesaria para ampliar el papel del ejército en lo que denomina doctrina colectiva de legítima defensa. Abe pretende reinterpretar la constitución para eludir el artículo 9 que impide a Japón resolver conflictos internacionales con el uso de la fuerza y enviar tropas a combatir fuera del país.
El gobierno nipón considera que debe frenar la política expansionista de China o las amenazas nucleares de Corea del Norte.
La reforma permitirá enviar tropas al extranjero a combatir cuando Japón o uno de sus aliados sean atacados, cuando no haya otros medios adecuados para repeler el ataque y garantizar la supervivencia del país y siempre que el uso de la fuerza se limite a un mínimo necesario.
Mientras se debatía la ley unas cien mil personas se manifestaron alrededor del Parlamento y según las diferentes encuestas como mínimo más de la mitad de los japoneses se oponen a la reforma.
La oposición liderada por el Partido Democrático y otras cuatro formaciones abandonaron la cámara durante las votaciones en señal de protesta por una reforma que incluso han calificado de inconstitucional.
Los dos proyectos de ley fueron aprobados con los votos de la formación que gobierna, el Partido Liberal Demócrata y su socio el partido budista, Nuevo Komeito.
La reforma todavía debe ser refrendada por la cámara alta en unos sesenta días, pero no se espera que Shinzo Abe tenga ningún problema para conseguir la aprobación.
China y Corea del Sur, dos de los países que más sufrieron con la invasión nipona, han mostrado su preocupación porque Japón abandone sus políticas pacifistas y han instado a que siga apostando por la estabilidad de la región.