Se funda en Pekín el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (BAII)
Cincuenta y siete países han firmado en Pekín el acta de fundación del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (BAII), un organismo impulsado por China para financiar proyectos de infraestructuras en Asia.
En una ceremonia celebrada en el Gran Palacio del Pueblo, en la plaza de Tiananmen, los representantes de 57 países han firmado los estatutos de la nueva institución internacional que estará operativa a finales de año y que lidera China. Contará con un capital estatutario de cien mil millones de dólares.
El Banco pretende convertirse en un contrapoder del Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo o el Fondo Monetario Internacional, donde las economías emergentes, especialmente China, se sienten infrarrepresentados.
El objetivo es financiar proyectos de infraestructuras, energía y transporte en Asia.
China es el principal promotor de la institución, con más del 30% de la aportación de capital, cerca de 30.000 millones de dólares. La India será el segundo socio del BAII con un 10,9% de las acciones. Tiene previsto aportar 8.367 millones de dólares. El tercer mayor accionista del BAII es Rusia, que aportará 6.536 millones de dólares.
A la hora de tomar decisiones políticas en la nueva entidad China tendrá el 26,06% de los votos, India el 7,5% y Rusia el 5, 92%.
El 75% de las acciones del BAII estarán en manos de países asiáticos (37), que a su vez aportarán el 75% del capital.
El otro 25% se reparte entre el resto de países, que aportan una cuarta parte del capital. Entre ellos destaca Alemania, el cuarto mayor accionista, y otras naciones como Francia, Reino Unido, España o Brasil.
El BAII fue creado en octubre del año pasado con la participación de 21 países. A pesar de las reticencias de Estados Unidos y Japón al proyecto se le han ido sumando socios hasta alcanzar los 57 actuales.
La creación del BAII, que seguramente tendrá su sede en Pekín, es un éxito de la diplomacia china que apuesta por conseguir mayor influencia en la esfera internacional.
Con el BAII además podrá impulsar infraestructuras que beneficien el comercio en la región y las empresas chinas podrán liderar con más facilidad los proyectos de infraestructuras en Asia.
El BAII también representa una oportunidad para internacionalizar la moneda china, el yuan o o renminbi y que consiga convertirse en una divisa de referencia.