Pekín prohíbe fumar en espacios públicos cerrados
La capital china endurece las normas antitabaco. Hoy entra en vigor en Pekín la prohibición de fumar en lugares públicos cerrados como oficinas, restaurantes y transporte público, sin excepciones y sin permitir espacios reservados.
La duda es si esta ley antitabaco se aplicará realmente en un país donde fumar está bien visto y no se percibe como un riesgo para la salud. Las anteriores normativas apenas han tenido una incidencia efectiva en los hábitos sociales. China es el tercer consumidor mundial de tabaco.
A partir del 1 de junio las personas que fumen en lugares públicos cerrados de la capital china puede ser sancionadas con 200 yuanes (32 dólares) y los negocios que lo permitan y hagan la vista gorda se exponen a una sanción de 10.000 yuanes (1.620 dólares).
La nueva ley, aprobada por el gobierno municipal de Pekín, también prohíbe la publicidad de productos de tabaco en las calles y en los transportes públicos.
El tabaquismo es un problema sanitario grave en China. Hay más de trescientos millones de fumadores y se calcula que unos setecientos cuarenta millones de fumadores pasivos. Cada año muere más de un millón de personas por enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, unas tres mil al día.
Las limitaciones al tabaco ya existen en China, aunque se aplican con escaso éxito dado el alto nivel de consumidores de nicotina y la aceptación social de este hábito, especialmente entre los hombres.
Desde 2011 una normativa del ministerio de Sanidad prohíbe a nivel nacional fumar en espacios públicos como hoteles o restaurantes y en noviembre de 2014 se aprobaron nuevas leyes más restrictivas como la que ahora entra en vigor en Pekín.
A pesar de las campañas antitabaco, fumar es una práctica social bien vista en China. Más de la mitad de los hombres fuman, aunque apenas lo hacen las mujeres. Ofrecer un cigarrillo o regalar cartones de tabaco es un acto muy popular que se percibe como una muestra de amistad, deferencia y buena educación.
Según una encuesta realizada por Xinhua ante la entrada en vigor de la nueva ley antitabaco, sólo el 17% de los encuestados confía en que se cumpla y el 49% duda seriamente de su viabilidad. El 47% cree que las sanciones son débiles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha felicitado a las autoridades de la ciudad por una normativa que protege a más de veinte millones de residentes de Pekín de respirar el humo del tabaco en lugares cerrados.