La nueva normalidad de la economía china se llama 7% de crecimiento del PIB
Tal como empezó, diez días antes, terminó el plenario anual del parlamento chino. Con el mismo mantra de moda en Pekín: la nueva normalidad de la economía de la República Popular es un crecimiento anual alrededor del 7% del PIB, el que el gobierno se ha fijado para 2015. Nueva normalidad para un nuevo modelo económico. ¿Pero es así de fácil? Se verá…
El convencimiento por parte de las autoridades chinas es total. Se repite con insistencia desde hace semanas y se ha oficializado con ocasión del plenario anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP), el parlamento chino.
Dice Pekín que la economía china crecerá en 2015 un 7% del PIB porque debe abandonar el modelo de acelerados crecimientos de las tres últimas décadas para reposar sobre un modelo de expansión más equilibrado.
Se trata de abandonar la inversión y la fabricación para la exportación como bases del crecimiento para jugar la baza del consumo interno y la expansión del sector servicios.
Se trata de cambiar mano de obra intensiva por mayor valor añadido.
Es cierto que un crecimiento del 7% es el más lento de los últimos veinticinco años, pero, de hecho, solamente se trata de cuatro décimas menos que el alcanzado en 2014, un 7,4%. Y de un punto respecto a los objetivos de crecimiento, el 8%, de los años anteriores a la crisis global de 2008.
Y a tener en cuenta también que el modelo de mano de obra intensiva y bajo valor añadido ya no casa con la nueva realidad --normalidad-- china, es decir una sociedad más desarrollada económicamente y con mayor calidad de vida.
La mano de obra se ha encarecido y los ciudadanos chinos disponen de dinero para comprar. Este factor, combinado con la crisis exportadora debido a la apatía de mercados como el europeo o el japonés, hacen que Pekín mire hacia sus propios consumidores como nuevo motor de la economía.
Además de encarecerse por la mejora de las condiciones de vida, la mano de obra ya no es una fuente inagotable en China. Por primera vez desde las reformas impulsadas por Deng Xiaoping, el aluvión anual de nueva mano de obra se ha reducido.