Birmania firma un histórico preacuerdo de alto el fuego con diferentes grupos étnicos
El gobierno de Birmania (Myanmar) ha firmado un proyecto de alto el fuego con 16 grupos armados de minorías étnicas para poner fin a décadas de guerra civil. La negociación no incluye a las guerrillas kachin y kokang con las que en estos momentos se mantienen los combates más violentos.
Tras siete rondas de negociaciones, finalmente el gobierno de Birmania y el Equipo de Coordinación para un Alto el Fuego Nacional (NCCT), que reúne a dieciséis grupos armados, han alcanzado un acuerdo preliminar para firmar un alto el fuego que permita negociar un tratado de paz.
El presidente de Birmania, Thein Sein, se ha congratulado del preacuerdo alcanzado con los representantes de las minorías étnicas asegurando que el pueblo birmano necesita la paz.
Desde Naciones Unidas se ha calificado el acuerdo de logro histórico y espera que sirva para alcanzar una paz duradera.
Ahora el preacuerdo debe ser ratificado por los líderes de los dieciséis grupos étnicos y todavía no existe una fecha determinada para que definitivamente entre en vigor.
La firma de un futuro tratado de paz beneficia la posición de Thein Sein ante las elecciones presidenciales previstas para este año.
De momento para conseguir alcanzar el proyecto de acuerdo se han eliminado los temas que suscitaban más diferencias como son el proceso de desarme real de los rebeldes, la creación de un ejército federal o el contenido político de las futuribles autonomías. Estas cuestiones se abordaran en un proceso de negociación tras la firma del acuerdo de alto el fuego a nivel nacional.
El nuevo gobierno birmano que sustituyó a la junta militar inició en 2011 un proceso de reformas democráticas. Además de la total liberación de los presos políticos y la democratización del proceso electoral, la resolución del conflicto armado con las diferentes minorías étnicas era una de las asignaturas pendientes.
Desde la independencia, en 1948, el ejército de Birmania ha estado permanentemente en conflicto con los diferentes grupos rebeldes de minorías étnicas que viven en las zonas fronterizas y constituyen prácticamente el treinta por ciento de la población del país.
Son zonas ricas en recursos naturales (minas de piedras preciosas y minerales) que el gobierno ha intentado mantener bajo su control.
Los grupos rebeldes siempre han exigido una amplia autonomía para autogobernarse, mientras que el régimen militar birmano apostó por la represión militar.