Japón sale de la recesión, pero sin cumplir las expectativas de crecimiento
Japón ha salido de la recesión en el cuarto trimestre de 2014 pero a un ritmo más lento de lo esperado. Tras dos años de política "Abenomics", un millonario plan de estímulos y flexibilización monetaria sin precedentes, la tercera economía mundial sigue sin mostrar signos definitivos de recuperación.
Después de registrar dos trimestres de contracción, la economía nipona ha crecido un escueto 2,2% anualizado en el último trimestre de 2014. Japón sale de la recesión pero el crecimiento es menor del 3,7% previsto inicialmente.
Los datos publicados por la administración japonesa muestran un ligero aumento del consumo privado de sólo el 0.3%, respecto al trimestre anterior, mientras que las exportaciones crecieron un 2,7%, gracias en gran parte a la devaluación del yen. Las importaciones han subido un 1,3%.
El dato más positivo es la caída del desempleo, que ahora se sitúa en el 3,5% de la población.
A pesar de la inyección de dinero del Banco de Japón (590.000 millones de euros anuales), la inversión empresarial solo ha crecido un raquítico 0.1%, lo que demuestra la fragilidad de la recuperación de la economía.
La confianza del consumidor se sigue mostrando cautelosa y el consumo privado, que aporta un 60% al PIB, no acaba de despegar sembrando dudas de que el gobierno pueda cumplir no ya sólo con su objetivo inicial de situar la inflación en el 2% en 2015, sino que posiblemente sea inviable alcanzar el 1%.
Para dejar atrás la recesión y superar las más de dos décadas de deflación la economía nipona necesita un robusto crecimiento del consumo privado y que aumente significativamente la inversión empresarial.
La histórica subida del impuesto del IVA del 5% al 8%, llevada a cabo la primavera pasada, ha lastrado el consumo y repercutido profundamente en el crecimiento del PIB. El consumo cayó más de un cinco por ciento y se registraron dos trimestres consecutivos de contracción.
Los resultados han convencido al primer ministro Shinzo Abe de postergar de momento nuevas subidas de impuestos, que de todas formas son necesarias para reducir el déficit fiscal que arrastra el país.
La receta del "Abenomics" – millonario estímulo monetario, aumento del gasto público e inversión en infraestructuras- de momento no parece que coloque a Japón en un claro escenario de crecimiento económico.