China ejecuta al magnate de la minería Liu Han
China ha ejecutado a Liu Han, el expresidente del holding Hanlong Group, condenado en mayo de 2014 por asociación mafiosa y homicidio. Liu es uno de los empresarios más poderosos que ha caído en la campaña anticorrupción y se le relaciona con el exjefe de seguridad Zhou Yongkang, actualmente detenido e investigado por corrupción.
La agencia oficial de noticias china, Xinhua, informa hoy que el Tribunal de la provincia de Hubei ha ejecutado a Liu Han, junto a su hermano mayor y tres socios de su empresa.
Los cinco ejecutados y otras treinta y una personas fueron juzgados en mayo pasado y declarados culpables de organizar y dirigir una red mafiosa y de homicidio.
Hanlong Group es un importante grupo empresarial privado, el más importante de la provincia de Sichuan. Tiene intereses en la industria minera, la energía, las telecomunicaciones, los productos químicos, las finanzas y el sector financiero. Actualmente sigue siendo accionista de dos empresas australianas, Sundance Resources y Moly Group
Liu Han fue detenido en 2013 y durante el juicio, celebrado en mayo de 2014, se consideró probado que dirigía una organización criminal que controlaba el negocio del juego en la ciudad de Guanghan (provincia de Sichuan) con la colaboración de funcionarios del gobierno.
Liu es el empresario más importante que ha caído en la campaña anticorrupción que impulsa el presidente Xi Jinping y que en las últimas semanas parece que ha puesto el foco en el sector bancario. Lu Haijun, directivo del Banco de Pekín, y Mao Xiaofeng, presidente del banco Minsheng, han dejado sus cargos y están siendo investigados.
La caída de Liu Han se relaciona con la detención del anteriormente todopoderoso jefe de seguridad del régimen chino, Zhou Yongkang, acusado de corrupción masiva.
La provincia de Sichuan era uno de los feudos de poder de Zhou que fue detenido el pasado diciembre.
La lucha contra la corrupción es una firme apuesta del presidente chino Xi Jinping para evitar que desgasten el liderazgo del partido.
Xi es muy consciente del malestar social que generan los casos de corrupción y la necesidad de lavar la imagen del partido para mantener su legitimidad de gobierno.
Pero la lucha contra la corrupción también es un arma política que Xi Jinping puede estar utilizando para eliminar competidores y aumentar su control sobre el partido y los centros de poder.