Cerca del 90% de las grandes ciudades chinas superan los límites de contaminación del aire
El aire en las principales ciudades chinas sigue siendo irrespirable. Sólo ocho de las setenta y cuatro grandes ciudades han cumplido con los estándares de calidad del aire en 2014. Las dos grandes urbes, Pekín y Shanghái, suspenden en contaminación.
El ministerio de Medioambiente chino admite el grave problema de contaminación del aire y reconoce que a pesar de las medidas impulsadas para reducir la contaminación la situación sigue siendo grave.
Las ciudades donde se respira un aire más contaminado están en el norte de China, una zona muy industrial. Diez de las ciudades más contaminadas se encuentran en la provincia de Hebei, la región que rodea a Pekín. Baoding es la ciudad más contaminada.
La mejor calidad del aire se encuentra en el sur de China. La ciudad de Haikou, situada en la isla de Hainan, disfruta del aire más limpio.
China no puede garantizar la calidad del aire que respiran sus habitantes ni en la capital del país, Pekín, ni la capital económica Shanghái. Las dos ciudades no cumplen las normas de calidad del aire.
La calidad del aire se mide por la concentración de las llamadas partículas PM 2,5 – las más peligrosas- PM10, dióxido, nitrógeno, monóxido de carbono y ozono.
En 2014 el nivel medio de concentración de partículas PM 2,5 bajó de 106 microgramos por metro cúbico a 93 en la región de Pekín, Hebei y Tianjin -en el norte del país- respecto al anterior. Una mejora muy insuficiente ya que el estándar de calidad se sitúa en los 35 microgramos por metro cúbico.
La dependencia del carbón como fuente de energía es una de las principales causas de la contaminación del aire. Aunque el gobierno es consciente del problema e impulsa el desarrollo de energías limpias, entre las que incluye la nuclear, el proceso es lento.
Las autoridades afirman que el año pasado cerraron más de ocho mil fábricas que utilizaban carbón como fuente de energía en la provincia de Hebei.
El pasado noviembre, en la cumbre APEC, el gobierno chino se comprometió a que sus emisiones de carbono alcanzarían su punto más alto en 2030 para luego descender y en 2014 ha conseguido reducir por primera vez en este siglo la producción de carbón.
Son dos noticias importantes, aunque el camino para conseguir que la contaminación del aire descienda hasta niveles que no sean peligrosos para la salud se prevé muy largo.