El primer ministro conservador, un halcón en política exterior, asegura que es necesario trabajar con el conjunto de la comunidad internacional para frenar el yihadismo.
Abe se pronunciaba en este sentido en sede parlamentaria ya que este lunes comparecía ante una comisión del senado para asuntos presupuestarios, según informan los medios nipones.
Al ser preguntado por un miembro de la oposición por el caso de Kenji Goto, Abe lanzaba la posibilidad de establecer el derecho de intervención militar para rescatar a japoneses secuestrados fuera del territorio nacional.
La constitución japonesa establece que las fuerzas armadas tienen como única función la defensa de Japón y no pueden participar en misiones ofensivas.
Pero recientemente, el Partido Liberal Demócrata, el del primer ministro, consiguió establecer excepciones para poder participar en misiones internacionales al lado de sus aliados.
De hecho, el secuestro de Kenji Goto y el de un comerciante de armas japonés, ambos finalmente ejecutados por Estado Islámico, era la respuesta a la implicación de Japón en la lucha contra el yihadismo.
Tokio había prometido aportar una importante suma de dinero para financiar la coalición internacional que apoya al ejército iraquí contra Estado Islámico.