Redacción
06/12/2014
Hasta la fecha los altos dirigentes que habían formado parte del Comité Permanente del Politburó, el verdadero núcleo del poder en China, quedaban al margen de las purgas de manera a mantener el equilibrio entre facciones.
Pero la emergencia de
Xi Jinping como un presidente que acumula poder, a la imagen de los viejos líderes comunistas, Mao y Deng, ha trastocado los frágiles contrapesos en la cúpula del régimen.
La campaña anticorrupción llevada a cabo por Xi Jinping para lavar la imagen del
Partido Comunista está permitiendo llevar a juicio a grandes corruptos del régimen.
Con todo, el procesamiento de
Zhou no parecía garantizado puesto que había acumulado durante años profundos conocimientos de los entresijos del poder como máximo responsable de seguridad de uno de los regímenes más férreos del mundo en materia de orden.
El temor a lo que pueda saber Zhou ha influido previsiblemente en la cautela con que Xi Jinping ha actuado a la hora de llevarle ante la justicia.
Primero fueron cayendo sus aliados más fieles hasta que finalmente Zhou tiene que hacer frente a numerosos cargos,
desde aceptación de sobornos a revelación de secretos de estado, un clásico de las acusaciones contra disidentes o altos funcionarios caídos en desgracia.