El Partido Liberal Demócrata ha obtenido 290 escaños que, sumados a los 35 de su aliado Komeito, le dan una holgada mayoría de 325 diputados sobre los 475 que forman la cámara.
El Partido Demócrata, la oposición, ha mejorado algo sus resultados pero sin posibilidad de frenar las políticas que el primer ministro quiera llevar a cabo en el próximo mandato para profundizar en las reformas estructurales de la economía.
Curiosamente, es una reforma aprobada en la época de gobiernos demócratas la que aplicó Abe en abril, el incremento del IVA del 5 al 8%, la que provocó una nueva recesión en Japón y, en definitiva, el adelanto electoral.
Abe lo ha utilizado para poder frenar un segundo incremento del IVA previsto para otoño de 2015. El primer ministro conservador se temía consecuencias todavía más negativas a un año vista de las elecciones previstas para 2016.
Tras coger a la oposición por sorpresa con el adelanto electoral, se ha garantizado cuatro años en los que repensar y retocar todos aquellos puntos de su doctrina económica, conocida popularmente como Abenomics, para acabar con dos décadas de parálisis.
Si bien en los primeros compases de aplicación de los estímulos previstos en el marco de la Abenomics dieron resultados positivos, el intento de rebajar el déficit público y el endeudamiento a base de incrementar el impuesto sobre el consumo solamente ha contribuido a llevar el archipiélago a una nueva recesión.
Japón es el país más endeudado del mundo industrializado, algo que las medidas de estímulo a base de inversión pública contenidas en la Abenomics no van a mejorar.
Abe también ha intentado hacer circular más dinero y fomentar una espiral inflacionaria que sí podría ayudar a generar actividad económica.
Como buenas noticias Japón se beneficia ahora de la caída del precio del petróleo pero cualquier muestra de apatía en Europa o menor crecimiento en China, su nuevo socio comercial emergente, pueden repercutir negativamente en una economía que no ha conseguido crecimientos sostenidos más que en períodos muy cortos en estas dos últimas décadas.
La victoria electoral de Abe también le consolida como un líder popular en Japón, gracias a sus posiciones de marcado carácter nacionalista, siempre en la línea de fricción con China.