Japón, la tercera economía mundial, ha registrado una caída del PIB del 1,6% interanual en el periodo de junio a septiembre y suma el segundo trimestre consecutivo de contracción por lo que técnicamente está en recesión.
Entre abril y junio el crecimiento económico de Japón cayó un 7,3%, el peor registro desde el tsunami de 2011 que devastó la costa de Japón y provocó el accidente nuclear de Fukushima.
El gobierno nipón ha reconocido que había subestimado el impacto de la histórica subida del IVA implementada en abril.
El incremento del impuesto sobre el consumo, del 5% al 8%, está teniendo un efecto mayor que el previsto en la economía nipona y cuestiona la ambiciosa política económica de estímulos puesta en marcha por el primer ministro Shinzo Abe, conocida como "Abenomics".
El gobierno, con la colaboración del Banco de Japón, ha inyectado liquidez en el sistema para facilitar el crédito y la actividad económica con el objetivo de alcanzar una inflación del dos por ciento e 2015.
El pasado octubre el Banco de Japón anunció que incrementaría la base monetaria hasta los 727.000 millones de dólares anuales con el incremento de la compra de bonos y la inversión en fondos cotizados e inmobiliarios.
Los datos del tercer trimestre han sido un jarro de agua fría para las perspectivas del gobierno. Los analistas esperaban un repunte del PIB del 2,1% ya que consideraban que el aumento del IVA tendría un efecto pasajero.
Sin embargo los datos muestran cómo el consumo interno, que aporta el 60% del PIB del país, ha crecido solo un 0,4% en el tercer trimestre de 2014, mientras que la inversión de las empresas cayó un 0,2%.
Los datos ponen en cuestión si se llevará a cabo la anunciada nueva subida del IVA hasta el 10% prevista para 2015.
Ante la situación económica las posibilidades de que Shinzo Abe decida disolver el gobierno y convocar elecciones anticipadas se han disparado.
En algunos medios de comunicación japoneses se especula que mañana mismo se realizará el anuncio de convocatoria y que las elecciones se pueden celebrar el 14 de diciembre o en todo caso antes de final de año.
Con el adelanto electoral Shinzo Abe podría garantizar a su formación, el Partido Liberal de Japón, un nuevo mandato electoral de cuatro años con la promesa de no subir los impuestos e implementar más medidas de incentivos. Además la oposición sigue muy fragmentada y la posición del Partido Democrático de Japón (PDJ) es muy débil.
El actual mandato del primer ministro finaliza en 2016.
La impopular decisión de subir el IVA la adoptó el anterior gobierno de Yoshihiko Noda, del PDJ, para frenar la alta tasa de endeudamiento del país. Japón es el país desarrollado con mayor deuda pública del mundo.
Un triunfo electoral permitiría a Shinzo Abe dejar pasar todo 2015 antes de decidir si realmente está dispuesto a aumentar los impuestos para sanear las cuentas del país.