La rebaja de tipos se ha producido por sorpresa y se empieza a aplicar a partir de este mismo sábado 22 de noviembre. En concreto la rebaja supone 40 puntos básicos para los préstamos a un año y de 25 puntos para los depósitos también por un período de doce meses.
El Banco Popular de China toma así medidas más decididas para intentar contrarrestar la tendencia a la desaceleración del PIB que se ha ido agravando ante la ralentización en Europa y, conocida esta semana, la recesión en Japón.
Otro dato que llevaba recientemente a Pekín al temor de una desaceleración más marcada eran los datos de producción industrial.
Este índice también da muestras de flaqueza, puesto que los datos de octubre dejaron su expansión en un 7,7%, el crecimiento más bajo desde de los últimos cinco años.
Los responsables de la economía china consideran que facilitar la financiación de las empresas va a permitir relanzar el crecimiento aunque no están dispuestos a tomar medidas más agresivas como las que se aplicaron en 2008 para evitar el impacto de la crisis global.
El gobierno chino está tan atento a la necesidad de crédito como al riesgo de que se dispare la inflación.
Su objetivo principal es reconvertir la economía china, orientada durante años a la exportación, en un mercado interior sólido y estable.