La sonda efectuará un recorrido de media órbita alrededor de la luna a lo largo de una semana para después regresar a la tierra en un aterrizaje dirigido a un lugar predeterminado.
El objetivo de esta misión es probar la tecnología que dentro de dos años y medio permitirán a China ser el segundo país, tras los Estados Unidos, en recuperar material de la superficie lunar para ser estudiado en la Tierra.
La sonda, Chang'e 5T1, ha sido lanzada el viernes de madrugada por un cohete Larga Marcha-3C. Con esta prueba también se trata de ensayar el sistema por el que recuperar de la superficie de la luna la sonda que se va a posar en ella para recoger dos kilos de rocas.
China quiere alcanzar la luna en una misión tripulada en el futuro y antes de este viaje a la superficie lunar de 2017 va a efectuar al menos otra prueba.
En diciembre del año pasado China ya consiguió posar en la Luna un robot motorizado que debía explorar la superficie, el Yutu, que, sin embargo, tuvo problemas técnicos y quedó inutilizado temporalmente.