Aprovechando el buen comportamiento de la bolsa, el gobierno de Nueva Delhi pondrá a disposición de los inversores porcentajes alrededor del 10% de las acciones de empresas como la minera Coal India o la Oil and Natual Gas Corporation.
El gobierno de Narendra Modi ha detectado interés entre los inversores internacionales por estos sectores de la economía india y la venta de acciones de estos gigantes estatales puede reportarle una interesante fuente de ingresos para mantener a raya el déficit público.
El plan de venta de acciones puede encontrarse con la oposición de las organizaciones sindicales que ven en la entrada de capital privado el germen de la desprotección.
Algunos economistas incluso defienden una mayor privatización de estas empresas, exponente de la planificación tradicional que ha presidido la economía india desde la independencia, un modelo ya incompatible con las necesidades de crecimiento de un país de más de mil millones de habitantes deseosos de mejorar su calidad de vida.
Estos planes del gobierno del nacionalista hindú Modi coinciden con un nuevo momento dulce de la economía india, que ha ofrecido buenos datos en el trimestre de abril a junio, concretamente un crecimiento del PIB del 5,7%.
Con todo los analistas, citados por los medios indios, consideran que no se pueden lanzar las campanas al vuelo, puesto que este crecimiento no se sustenta en pilares sólidos y existe el riesgo de que vuelvan a crearse una burbuja inmobiliaria en lugar de mejorar la demanda en general.
El organismo de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, UNCTAD, prevé un crecimiento del 5,6% del PIB indio para el conjunto de este 2014.