Un toque de violencia...y muchos kilos de cruda realidad china
Jia Zhangke traza un mosaico de historias que retrata la cruda realidad del desarrollo chino en Un toque de violencia. Un filme duro, hermoso e impactante en el que muestra la soterrada violencia que se genera en una sociedad sometida a una transformación vertiginosa.
La película está inspirada en hechos reales que han ocupado portadas en los medios de comunicación. Son cuatro historias independientes que se entrelazan de forma casual creando un duro mosaico de la sociedad china.
Son historias que pasan en cuatro provincias chinas y con ellas recorremos, de norte a sur, un país en continua transformación: La historia de de un minero que se rebela ante la corrupción que impera en su pueblo y se toma la justicia por su mano. La de un buscavidas acostumbrado a recurrir al robo y al asesinato, pero que regresa al pueblo por Año Nuevo para estar con la familia. La de la recepcionista de una sauna que explota cuando un cliente rico intenta abusar de ella y la de un joven obrero que al final no soporta la presión de trabajos deshumanizados.
Por estas historias fluyen las lacras del vertiginoso desarrollo chino: la corrupción, la explotación, la alienación de los trabajadores, la prostitución, las graves diferencias sociales... todas ellas ejercen una insoportable violencia sobre los ciudadanos que a veces no tienen otro camino que recurrir a ella para recuperar la dignidad.
Es de destacar como a pesar de ser cuatro episodios aislados la historia fluye con naturalidad para crear una unidad narrativa en que nada sobra ni falta. Es una película que sobrecoge e incomoda y sobre todo que no deja indiferente.
Jia Zhangke construye un hermoso filme de gran impacto visual. La fotografía de escenarios desolados y hostiles refuerza la soledad y desesperación de los personajes creando imágenes potentes que dejan huella.
El director deja hablar a las imágenes para que fluya la historia y fermente la violencia con largas planos en que nada de lo que vemos es fruto del azar y todo está medido al milímetro. Incluso puede que juegue innecesariamente con algunas metáforas visuales.
Un toque de violencia no engaña, desde los primeros planos la violencia está presente y es muy real, pero no es una violencia gratuita. Jia Zhangke nos hace seguir a unos personajes que recurren a la violencia como válvula de escape de la opresión y la desesperación a la que se ven sometidos.
El cineasta no juzga a sus personajes, se mantiene al margen y con sobriedad simplemente nos explica su historia y posiblemente este sea uno de los mejores aciertos de la película.
Gran parte de la efectividad del filme se debe al excelente trabajo coral de los actores Jiang Wu (Vivir, La ducha), Zhao Tao (Naturaleza muerta) Wang Baoqiang (Mang ping, Lost in Thailand), y el joven Luo Lanshan.
Un toque de violencia posiblemente es uno de los mejores filmes de Jia Zhangke, pero sobre todo es un filme imprescindible para entender el momento que vive China.
Jia Zhangke (Shanxi 1970) es un director de reconocido prestigio, asiduo de los grandes festivales internacionales. Con Naturaleza muerta (Still life), un filme también con fuerte carga social, consiguió el León de Oro en la Mostra de Venecia en 2006.
En su filmografía destacan otros títulos como Useless, 24 City o Cry me a river. Un toque de violencia obtuvo el Premio al Mejor Guion del Festival de Cannes 2013.