Tailandia aprueba una constitución provisional, pero mantiene la ley marcial
El rey de Tailandia ha ratificado una nueva constitución temporal que debe conducir a la convocatoria de elecciones en octubre de 2015. Es el primer paso para restablecer la democracia tras el golpe de Estado dado por los militares en mayo. A pesar de ello se mantiene vigente la ley marcial.
La junta militar, dirigida por el general Prayuth Chan Ocha, asegura que la ley marcial es necesaria para garantizar la paz y la seguridad y se mantendrá a pesar de haberse aprobado una constitución interina.
Aunque la adopción de una nueva carta magna es el primer paso para restablecer la democracia no parece que los militares estén dispuestos a alejarse del poder en Tailandia. La constitución sancionada ayer por el rey Bhumibol Adulyadej permite que el jefe de la junta militar pueda convertirse en primer ministro y su Consejo Nacional de Paz y el Orden (NCPO, siglas en inglés) conviva con un nuevo parlamento.
La constitución provisional de Tailandia tiene 48 artículos y permitirá que se forme una nueva Asamblea Nacional Legislativa (parlamento), que elegirá un gobierno interino en el que pueden estar los militares y se cree un Consejo Nacional de Reforma.
Sin embargo la nueva carta magna otorga poderes especiales al NCPO para modificar sus artículos y poder hacer frente a "situaciones incontrolables". Además el artículo 48 concede una amnistía preventiva a los miembros del NCPO y a sus subordinados por cualquiera acción realizada después del golpe de estado del 22 de mayo.
Un comité de 36 miembros debe redactar una constitución definitiva, el presidente lo designará el NCPO y parece que no será obligatorio aprobarla en un referéndum nacional.
El Consejo Nacional de Reforma, formado por más de doscientos miembros, se dedicará a reformar el sistema legal y judicial, la administración nacional y las locales, la educación, la economía, la energía, la salud pública, el medioambiente y los medios de comunicación.
Los militares dieron un golpe de estado el pasado 22 de mayo, dos días después de declarar la ley marcial. Los mandos del ejército asumieron el poder tras más de seis meses de bloqueo político y protestas en las calles que causaron una veintena de muertos.
La oposición al gobierno de Yingluck Shinawatra llevaba meses pidiendo su dimisión y ocupando las calles con manifestaciones de protestas. A pesar de celebrarse nuevas elecciones en las que volvió a ganar la primera ministra, la oposición siguió boicoteando el proceso electoral y exigiendo su dimisión.
La decisión del Tribunal Constitucional de apartar a Yingluck de su cargo acusada de abuso de poder precipitó el vacío de poder y la intervención de los militares. La junta militar ha repetido la misma jugada que en 2006 cuando con otro golpe de Estado apartaron del poder al entonces primer ministro Thaksin Shinawatra.
La vida política del país está fuertemente dividida entre los partidarios del anterior gobierno del clan Shinawatra -camisas rojas- que representan a la Tailandia rural y la oposición -camisas amarillas- que representa a las clases medias urbanas y a las élite cercanas al poder de siempre y al aparato del estado, incluido el rey.
La figura del rey Bhumibol, de 86 años de edad, ha sido un elemento fundamental de cohesión del país. Es venerado prácticamente como una figura divina y está por encima de las dispuestas políticas.
Precisamente su avanzada edad y deteriorado estado de salud añaden más inestabilidad al futuro de Tailandia.