Una bomba estallaba en las afueras de la ciudad. Entre las víctimas se encuentran cuatro soldados de la OTAN, en una evidencia más de que a pocos meses de la retirada del grueso de las fuerzas norteamericanas, la seguridad sigue sin poderla garantizar el gobierno del presidente Hamid Karzai.
Su sucesor, que según anunciaba este lunes la comisión electoral será Ashraf Ghani, no tendrá una tarea fácil. Entre otras cosas porque el otro candidato, Abdulá Abdulá no parece estar dispuesto a reconocer los resultados.
Ashraf Ghani, de etnia pastún como Karzai, la mayoritaria en Afganistán y a la que pertenecen los talibanes, venció en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 14 de junio con el 56,44% de los votos, según los resultados preliminares anunciados por la comisión electoral.
Abdulá Abdulá, histórico líder antitalibán, de padre pastún pero de madre tayika, se quedaba con el 43,56% de los sufragios.
Reclama el recuento de los sufragios de centenares de colegios electorales y ha amenazado con formar un gobierno paralelo a la sombra. Abdulá ha calificado el gabinete que pueda formar Ghani de "gobierno fraudulento".
Ya se lo ha criticado y desaconsejado el gran garante de los gobiernos afganos postalibanes, Estados Unidos. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, reclama a la clase política afgana madurez para evitar una permanente inestabilidad que debilita al gobierno de Kabul frente a la amenaza armada talibana.