Indonesia celebra elecciones para elegir nuevo presidente
El próximo 9 de julio Indonesia elige presidente de la nación entre el exgeneral Prabowo Subianto, del Partido Gerindra, o el carismático gobernador de Yakarta Joko Widodo, del Partido Democrático de Indonesia para la Lucha. Indonesia elige entre la nostalgia del autoritarismo o seguir la senda de las reformas democráticas.
Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, celebra sus terceras elecciones presidenciales por voto directo desde la caída del régimen dictatorial de Suharto en 1998. Ciento noventa millones de habitantes pueden votar en los comicios.
La campaña electoral se cerró el sábado con un debate televisado entre los dos contrincantes.
Ha sido una campaña muy disputada en que los dos candidatos, los únicos que han conseguido más del 20% de los votos en el parlamento para poder presentarse, han hecho promesas de mejorar la economía, los problemas de alimentación, infraestructuras, educación y seguridad social, además de exaltar la retórica nacionalista en un país geográficamente muy fragmentado y con graves tensiones territoriales.
El candidato del Partido Democrático Indonesio de Lucha (PDI-P), Joko Widodo, conocido popularmente como "Jokowi", parte con una ligera ventaja en los sondeos.
Jokowi es un líder carismático que se presenta como un hombre del pueblo que se ha hecho así mismo y ha sabido triunfar. Es un político alejado de las esferas tradicionales de poder y del establishment por lo que promete renovación en la corrupta clase política indonesia. Aporta como su principal activo su eficaz administración como gobernador de Yakarta.
Su programa contempla mejorar el sistema financiero y apoyar a las medianas y pequeñas empresas para impulsar la productividad del país. Defiende el pluralismo religioso y ha sido acusado de no ser musulmán.
El exgeneral Prabowo Subianto, del Partido Gran Movimiento de Indonesia (Gerindra) tiene un perfil controvertido. Ha sido acusado de violación de los derechos humanos en su etapa al frente de las fuerzas especiales durante el régimen dictatorial de Suharto, del que era yerno, especialmente por su papel en la represión en Timor Oriental.
En su campaña ha prometido conseguir el autoabastecimiento alimentario e invertir en megaproyectos de infraestructuras. También defiende un mayor control sobre la inversión extranjera en sectores clave como los energéticos, así como luchar contra la fuga de capitales.
Sin embargo su programa más controvertido es el deseo de eliminar reformas constitucionales aprobadas tras la caída de Suharto y regresar a la constitución original de 1945, que dota a la presidencia de más poderes y menos control parlamentario. En resumen regresar a una presidencia de Indonesia fuerte.
El resultado de las elecciones se dará a conocer el 21 o 22 de julio y la nueva presidencia se inaugurará el 20 de octubre.
El presidente saliente Susilo Bambang Yudhoyono, del Partido Democrático, ha sido hasta el momento el único jefe de Estado elegido de forma directa. No se presenta a las elecciones al haber culminado los dos mandatos que le permite la constitución y deja una herencia de sostenido crecimiento económico, estabilidad social y contención de las tensiones étnicas, pero ha fracasado en la lucha contra la corrupción y la desigualdad.