Se encuentra en el centro de la provincia de Shandong y es todo un ejemplo de cómo los chinos aman domesticar su paisaje y ascender a las montañas con largas y empinadas escaleras.
La ascensión hasta la cumbre del Emperador de Jade, el nombre del pico más alto (1.545 metros de altitud) se hace por caminos de piedras y largas escaleras. La ascensión está salpicada de templos, esculturas e inscripciones en la roca.
Es aconsejable hacer noche en la cumbre para ver desde la cima la salida del sol, porque según la tradición china el sol inicia su recorrido desde esta cumbre.
A lo largo de la historia, el monte Taishan ha sido una fuente de inspiración para escritores y pintores que han plasmado su característico paisaje a través de canciones, poesías y su representación en pinturas grabados y cerámica.
El paisaje del Taishan y sus leyendas forman parte del imaginario popular de China.