Redacción
15/05/2014
Tras el incidente, los manifestantes opositores conseguían forzar la suspensión de una reunión entre el primer ministro en funciones y la comisión electoral.
Este nuevo episodio de crisis de gobernabilidad en
Tailandia llega tras la decisión del tribunal constitucional de apartar del poder a la primera ministra
Yingluck Shinawatra.
Gobierno y oposición no se ponen de acuerdo sobre quién debe gobernar en funciones en lugar de Yingluck, hermana del magnate de las telecomunicaciones y exprimer ministro populista
Thaksin Shinawatra, condenado por corrupción y autoexiliado.
La oposición acusa a Yingluck de ser una mera marioneta de su hermano y no la considera legitimada para gobernar a pesar de haber vencido en dos elecciones seguidas.
Precisamente, el gobierno, presidido interinamente por Niwatthamrong Boonsongphaisan, intenta convocar unos nuevos comicios para poner fin a esta nueva crisis, sabedor de que el gobernante partido de los Shinawatra,
Puea Thai, es claramente favorito.
La oposición, el establishment político tailandés tradicional, reclama que se forme una administración provisional y que ésta sustituya al gobierno.
Para ello permanecían los manifestantes acampados delante del Senado, para que la cámara alta forzara el relevo en la dirección del país, cuando estallaron varias granadas y sonaron los primeros disparos.
El pulso entre los partidarios del populista Thaksin y las clases medias acomodadas de la capital, que apoyan a los partidos cercanos a la monarquía, se prolonga desde que el ejército expulsó del poder en 2006 al que es conocido como Berlusconi tailandés.
La oposición acusa al Puea Thai de corrupto y de basar sus victorias electorales en la compra de votos en el campo pobre.