Redacción
13/05/2014
El índice de producción de manufacturas no es el único que hace albergar sospechas de que la economía china está perdiendo dinamismo.
Las
ventas al detalle crecieron en el mes de abril un 11,9%, también por debajo de las previsiones, que se situaban en el 12,2%, siempre según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas China.
Lo mismo sucede con la inversión en activos fijos en el período de enero a abril. Se ha situado en el 17,3% de incremento respecto al mismo período del año anterior, cuatro décimas por debajo de las proyecciones.
Este índice refleja en buena medida el ritmo de inversión pública, por lo que la tendencia podría invertirse si Pekín decide poner más dinero en infraestructuras.
En los últimos meses el gobierno chino ha intentado frenar el exceso de crédito y atar más corto el denominado préstamo a la sombra, es decir, la financiación fuera del sistema bancario, un elemento que distorsiona la macroeconomía china al seguir financiando sin control la burbuja inmobiliaria.
Ello contribuye a que sigan siendo inútiles los esfuerzos del gobierno para hacer evolucionar la economía china hacia un modelo más basado en el consumo interno y no tanto en la inversión y las exportaciones.
Éstas, sin embargo, contrarrestan los malos presagios. En los datos conocidos este lunes, las exportaciones chinas crecieron en abril un 0,9% respecto al mismo mes de 2013, después de dos meses seguidos de retrocesos. Las importaciones también aumentaron el mes pasado un 0,8%.
Algunos analistas apuntan a la posibilidad de que China registre en 2014 el menor crecimiento desde 1990, justo después de la crisis de Tiananmen.
Aunque al mismo tiempo, la revisión de la fórmula de cálculo del crecimiento chino ha abierto la polémica recientemente sobre si en realidad, China, no habrá alcanzado a Estados Unidos en términos de PIB este mes de diciembre y no a finales de la década como siempre se había previsto.