El rey de Tailandia refrenda el golpe de estado dado por los militares
El rey de Tailandia ha dado su bendición al golpe de estado protagonizado por los militares, en una ceremonia oficial donde el jefe del ejército ha recibido la "aprobación real" para dirigir el país.
El jefe del ejército tailandés, Prayuth Chan-ocha, vestido con el uniforme de gala, ha recibido el respaldo real con el que culmina el proceso de toma de poder iniciado con el golpe de estado dado el jueves 22 de mayo, tras declarar la ley marcial dos días antes.
En apenas cuatro días el ejército se ha hecho con el control de Tailandia tras tomar militarmente las sedes de gobierno, suspender la constitución y el Senado ?el Parlamento ya estaba disuelto a la espera de nuevas elecciones- además de detener a un centenar de políticos, intelectuales y periodistas.
El rey Bhumibol Adulyade, de 86 años de edad, no ha asistido físicamente a la ceremonia, aunque ha dado su respaldo a la toma de poder de los militares.
La salud del rey es muy frágil y lleva tiempo hospitalizado, pero sigue siendo un personaje venerado casi como si fuera una divinidad en Tailandia y libre de controversias.
Ahora Tailandia está bajo el mandato del Consejo Nacional para la Paz y el Orden (NCPO), nombre oficial de la junta militar que ha tomado el poder y el general Prayuth Chan-ocha ejercerá de primer ministro. El objetivo, según los militares, es poner fin a más de seis meses de inestabilidad política debido al enfrentamiento entre las dos grandes coaliciones políticas e impulsar el crecimiento económico.
La junta militar pretende auspiciar la redacción de una nueva constitución, la misma hoja de ruta que se siguió en el golpe de estado realizado en 2006 para expulsar al entonces primer ministro Thaksin Shinawatra del poder, pero que vista la situación actual parece evidente que no dio los resultados esperados.
La división del país entre los partidarios gubernamentales -camisas rojas- que representan a la Tailandia rural y la oposición -camisas amarillas? cercana a las clases medias urbanas y a la élite del país parece irreconciliable.
En su primera rueda de prensa tras ser confirmado como primer ministro, el general Prayuth Chan-ocha ha eludido concretar cuando tiene previsto convocar elecciones y devolver el poder a un gobierno civil. Pero ha advertido que no durará en recurrir a la fuerza si se producen grandes disturbios.