Redacción
16/04/2014
El gobierno chino ha fijado su objetivo de crecimiento para el conjunto de 2014 en el 7,5% y a pesar de las continuas alertas internacionales sobre la ralentización de la economía, los datos del primer trimestre parece que confirman las previsiones de Pekín y el control que ejerce sobre la economía.
Con el crecimiento del
7,4% en el primer trimestre de 2014, el volumen total del PIB se sitúa en 1,5 billones de euros. El incremento del PIB es tres decimas inferior al 7,7% registrado en el último trimestre de 2013, pero en la desaceleración también influyen las Fiestas del Año Nuevo Chino, que paralizan el país y la producción.
Aunque la tasa de crecimiento es la más baja desde el tercer trimestre de 2012, supera las previsiones en varias decimas y para algunos analistas muestra que la desaceleración ha tocado fondo y la economía se estabiliza.
Según los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, las ventas minoristas se han incrementado un 12,2% en el mes de marzo, un signo de que las medidas del gobierno chino para incentivar el consumo interno se dejan notar.
Durante el primer trimestre también se han creado 3,74 millones de nuevos puestos de trabajo en zonas urbanas.
China apuesta por reformas estructurales para cambiar su modelo económico y hacerlo menos dependiente de las exportaciones e inversiones extranjeras.
A principios de abril anunció la puesta en marcha de un paquete de medidas para estimular la economía que incluyen ayudas a las pequeñas empresas con rebajas de impuestos y fuerte inversión en infraestructuras para apoyar el proceso de urbanización.