Redacción
10/03/2014
El vuelo MH370 había despegado de Kuala Lumpur y se dirigía a la capital china, Pekín, el viernes. Sobre el Mar de China Meridional, al sureste de Vietnam, desapareció de los radares sin que hasta la fecha se tenga ningún dato sobre las causas de su posible caída al mar, de una explosión en vuelo, de un atentado.
Solamente se sabe que el piloto intentó un giro de la nave antes de la desaparición del radar pero sin reportar alteración alguna en los planes de vuelo.
No han aparecido restos en el mar. Al menos los equipos de rescate de los múltiples países ribereños no han conseguido dar con ningún trozo del fuselaje del avión que pudiera dar claves de las causas.
Mucho menos se tienen indicios de dónde pueden estar las cajas negras, el registro del vuelo que permitiría
establecer con certeza qué ocurrió.
La amplia zona donde pudo caer el avión hace muy difícil saber si se está cerca realmente del lugar del desastre a pesar de los medios llegados incluso de Australia y Nueva Zelanda.
La angustia de los familiares de los pasajeros del vuelo de Malaysia ha copado la atención de los medios de comunicación en el hotel de Pekín donde se han alojado durante el fin de semana a la espera de unas noticias que no llegan.
Muchos han empezado a viajar a Kuala Lumpur, desde donde se dirigen los trabajos de búsqueda.
La interpol ha confirmado el uso de dos pasaportes robados tiempo atrás en el embarque del vuelo MH370 y advierte de la necesidad de reforzar los controles en los aeropuertos.
Tampoco es fácil establecer las motivaciones de los presuntos terroristas que pudieran haber subido al avión.
No ha habido reivindicación y tanto el Sudeste Asiático musulmán, principalmente Malasia e Indonesia, como China, por la represión de la minoría uigur en Xinjiang, han sido tradicionalmente objetivo de los grupos más radicales cercanos a Al Qaeda.
Pero hasta el momento, ningún indicio tampoco permite inclinar la balanza hacia esta
hipótesis.
Además, para seguir alimentando hipótesis todavía más complejas, los dos supuestos pasajeros que habrían viajado con identidad falsa llevaban billete con tránsito en Pekín y su destino final era Ámsterdam.