Dolores Rodríguez
20/03/2014
El valle del asombre es una historia que recorre la vida de tres generaciones de mujeres que parece que repitan los mismos errores en un viaje de ida y vuelta entre dos mundos, San Francisco y la turbulenta Shanghai, en un periodo de grandes cambios entre 1890 y 1939.
En su nueva novela
Amy Tan regresa a los lugares comunes de sus anteriores obras: las complicadas relaciones entre madres e hijas, los secretos de familia y las mentiras que marcan la vida de sus protagonistas. La necesidad de conocer el pasado para saber quiénes son y cómo controlar su destino.
La autora, en la
entrevista concedida a asiared en Barcelona, reconoce que todos sus libros responden a temas relacionados con la creación de su propia identidad, a las preguntas que se hace y sobre las que busca respuestas.
El valle del asombro (Editorial Planeta) no es una excepción. La idea del libro surge cuando descubre a través de unas fotografías de su abuela que posiblemente fue una cortesana y llevó una vida muy diferente a la que le habían contado.
Su familia creía que su abuela fue obligada a casarse y convertirse en la cuarta esposa de un hombre rico, al no poder soportarlo se suicidó. Pero
Amy Tan en una exposición descubre unas fotografías de cortesanas que coinciden en la estética con algunas fotos que tiene de su abuela y abre la puerta a preguntarse cómo fue en realidad su vida.
Esta revelación le lleva a investigar el mundo de las cortesanas en la China de principios del siglo XX y surge la novela.
El valle del asombro nos lleva al Shanghai de la primera década del siglo XX.
Lulú, una norteamericana que llegó a China persiguiendo el amor, regenta una refinada y lujosa casa de cortesanas y su pequeña hija Violeta nos relata su infancia en ese exótico mundo.
Violeta se siente poco amada por su caprichosa madre y un engaño las separará.
Violeta acabará repitiendo la suerte de su madre, trabajando como cortesana y perdiendo a su vez a su hija,
Flora.
Pero estamos ante una historia de mujeres fuertes que consiguen sobrevivir y buscar su destino en un mundo de hombres.
Mujeres que crean su propia identidad y ahí está el juego de los nombres. Los personajes van adoptando distintos nombres según lo que quieren ser o en lo que la vida las convierte: La madre es
Lulú, Lucia o Lucrecia, la hija
Violeta, Vivi o Zizi, Nube mágica se convertirá en
Calabaza mágica…
Amy Tan consigue una vez más atrapar al lector con una larga historia en la que va dosificando el desarrollo de la acción, los misterios o suspenses en la más genuina tradición de las novelas de Dickens.
Los personajes secundarios van adquiriendo protagonismo y desarrollando su propia trama en una historia de historias que encajan como un gran puzle. Creando un mosaico de tipologías y relaciones.
La autora de grandes éxitos como “
El club de la buena estrella” o “
La esposa del dios del fuego”, no ha perdido su habilidad para diseccionar los sentimientos y emocionar a los lectores sin caer en el melodrama.
Además en esta ocasión no olvida el
erotismo y narra con todo tipo de detalles el entrenamiento para convertirse en una buena cortesana. Aunque no podemos decir que se acerca a una versión asiática de “cincuenta sombras de Grey”, el sexo está presente y explorado, a pesar de que en la entrevista reconoce lo incomodo que fue para ella escribir sobre sexo por las connotaciones que tenía pensar en la vida de su abuela.
El valle del asombro es una historia que habla de distintos tipos de amor, llena de abandonos y en la que no hay perdón porque la autora defiende que es posible amar sin necesidad de perdonar.
Amy Tan,
El valle del asombro,
Editorial Planeta
También publicado simultaneamente en catalán:
Amy Tan,
La vall de la Meravella,
Edicions 62