Redacción
03/03/2014
Los controles de seguridad en el escenario de la matanza son sistemáticos, en un país con gran movimiento de viajeros en estaciones de tren, autobús y aeropuertos.
A pesar de que el lugar escogido para la acción terrorista se encuentra a gran distancia de Xinjiang, Pekín sitúa en esta región autónoma habitada por la minoría uigur, musulmana, el origen de los atacantes.
De hecho, sobre el papel, la turística i apacible provincia de Yunnan, cuya capital es
Kunming, no podía ser visto por el gobierno chino como un objetivo prioritario del activismo radical uigur, más habituado a intentar sus acciones en la misma capital, Pekín.
Quizás por ello precisamente los terroristas jihadistas, de confirmarse la principal hipótesis de las autoridades sobre la autoría, precisamente escogieron una ciudad como Kunming, origen de los numerosos tours de visitantes nacionales y extranjeros en esta provincia situada en la frontera de Birmania y en la vía sur de la Ruta de la Seda.
La industria turística de la zona atrae a muchos chinos con poder adquisitivo de Hong Kong y de la provincia de Guangdong, relativamente cercanas.
Las autoridades calculan que los atacantes eran diez, de los cuales cuatro fueron abatidos al momento. Entre los detenidos se encuentra una mujer, que resultó herida.
La sospecha de que se trata de militantes de la causa islamista en la región autónoma de Xinjiang, parte del Asia Central, de tradición turcófona y religión musulmana, encaja en la tesis del gobierno de Pekín en el sentido de que hace frente a una verdadera amenaza yihadista.
Algunos analistas consideran forzada esta versión de Pekín, puesto que los atentados relacionados con la comunidad musulmana de Xinjiang, los uigures, han sido, hasta la fecha acciones muy aisladas.
La última, antes del ataque de Kunming, fue una confusa acción en la plaza de Tianamen en octubre pasado cuando un todoterreno se estrelló contra la multitud a la altura del retrato de Mao.
Lo cierto es que Pekín tiene sellada a cal y canto Xinjiang, donde aumenta el resentimiento de la población local contra la colonización han que ha acompañado el éxito económico chino. Al igual que sucede en el Tíbet, la creciente presencia de hans diluye la cultura propia de los uigures a mero folclor.
Los han ya son el 40% de la población en Xinjiang, cerca ya pues del 45% de uigures. Los primeros disfrutan de grandes ventajas para establecer sus negocios en esta región del oeste de la República Popular.