Redacción
21/02/2014
Los subsidios a los campesinos productores de arroz -pagándoles por encima del precio del mercado- han estado en el centro de las denuncias de los manifestantes antigubernamentales, dado que los receptores de las subvenciones constituyen el principal granero de votos de la familia Shinawatra.
La actual primera ministra
ha rechazado las acusaciones de corrupción y ha defendido que siempre ha actuado cumpliendo su deber con la legalidad. Ha denunciado que las acusaciones sólo pretenden derrocar su gobierno.
La Comisión Nacional Anticorrupción ha imputado a Yingluck por gestión fraudulenta en las ayudas a los productores de arroz, que podrían haber causado millones de pérdidas a la hacienda pública. La primera ministra debe comparecer el 27 de febrero.
Si se mantienen los cargos, la primera ministra puede ser inhabilitada para ejercer cualquier cargo público. Su partido, el Pheu Thai, ya baraja una posible sustitución y la búsqueda de un candidato fuera de la familia Shinawatra, según el diario
Bangkok Post.
El programa de subsidios al arroz, introducido por el gobierno de Yingluck en 2011, ha sido uno de los principales caballos de batalla de la oposición. El programa de compra de arroz del gobierno ha beneficiado a los agricultores a los que según las denuncias se ha estado pagando un precio hasta un 50% por encima del precio en el mercado internacional.
La oposición ha denunciado que el gobierno de Yingluck ha invertido una gran cantidad de dinero público en subvencionar a sus votantes de las zonas rurales, principales partidarios de los Shinawatra, y que estas medidas populistas han lastrado las exportaciones.
El gobierno ahora tiene grandes existencias de arroz que no podrá vender sin perder dinero y también tiene un conflicto con los agricultores, a los que no se ha pagado el arroz por problemas de liquidez.
Grupos de
agricultores han acampando a las afueras de Bangkok con sus remolques y maquinaria exigiendo el pago de los subsidios.
En consecuencia, la estabilidad política en Tailandia puede tardar en llegar. Los manifestantes antigubernamentales siguen en las calles de Bangkok exigiendo la dimisión de la primera ministra y del gobierno. Reclaman que se forme un “consejo del pueblo” para reformar el sistema político y redactar una nueva constitución.
La primera ministra ha sido imputada y por lo tanto su figura se debilita, al mismo tiempo que todavía se deben volver a convocar elecciones en los numerosos distritos en que los opositores impidieron las votaciones el 2 de febrero.
A estos comicios no se presentó el principal partido de la oposición, que también ha combatido la polémica ley de amnistía que de haberse aprobado habría permitido el regreso del exprimer ministro Thaksin Shinawatra, hermano de Yingluck, condenado por corrupción.
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