Desde el siglo XIII el puerto de
Kochi o Kochin, según las diferentes grafías, se convirtió en escala obligada de navegantes árabes y chinos, a los que con el tiempo se sumaron portugueses, británicos y holandeses. En sus muelles recalaban los cargamentos de marfil, especias, perfumes o sándalo.
Hoy la ciudad antigua de Kochi es un oasis de paz en comparación con las bulliciosas y contaminadas ciudades indias.
Sus calles conservan el pasado colonial y en la iglesia de San Francisco está enterrado Vasco de Gama. En su puerto, en aguas del Mar de Arabia, se sigue viendo a los pescadores utilizando la característica y tradicional velas de pesca.
Kochi es un punto de partida para explorar el pequeño estado de
Kerala, una estrecha lengua de tierra verde en el Sur de la India, atravesada por una red de canales, los
Backwater, y cuna del
Ayurveda, la famosa medicina natural que con sus curas de rejuvenecimiento se ha convertido en un nuevo reclamo turístico.