Redacción
14/02/2014
Arvind Kejriwal ha durado 49 días en el cargo al frente del gobierno de la capital India. El primer ministro del gobierno local de
Delhi ha presentado su dimisión tras una tumultuosa sesión parlamentaria en que la oposición ha bloqueado su proyecto de ley contra la corrupción.
Los dos principales partidos de la India, el Congreso y el
Bharatiya Janata, se han unido para rechazar la creación de un organismo independiente que pueda investigar a políticos y funcionarios sospechosos de corrupción. La ley se conoce como
Lokpal y es similar a la figura del “Defensor del Pueblo” en Occidente.
La oposición denuncia que es inconstitucional promulgar esta ley sin tener la aprobación del gobierno federal indio.
La ley
Lokpal pretendía crear a nivel local un organismo independiente similar al que se ha aprobado a nivel estatal después de un largo proceso de negociaciones en el Parlamento de la India y de manifestaciones reivindicativas en las calles.
La sesión ha sido tensa y algunos analistas ven intereses electorales en todos los actores del juego político. Arvind Kejriwal se ha negado a pedir la aprobación previa del proyecto para forzar la tensión entre el gobierno local y el federal, que le puede dar rédito electoral de cara a los próximos comicios. Por otro lado los dos grandes partidos hegemónicos parecen interesados en seguir frenando los cambios y proteger sus intereses.
La llegada al poder en el gobierno del estado de
Delhi de Arvind Kejriwal, activista social y líder del Partido Aam Admi (
Partido del Hombre Común), ha revolucionado la política India imponiendo nuevas formas de gobernar.
Arvind Kejriwal había conseguido arrebatar el gobierno de la capital al
Partido del Congreso, que se mantenía en el poder desde hace tres décadas.
Su campaña basada en la lucha contra la corrupción ha irrumpido con fuerza en el tablero político indio y preocupa a los dos grandes partidos de cara a las próximas elecciones generales. Tanto el gobernante
Partido del Congreso, como los nacionalistas hindúes del
Bharatiya Janata se sienten amenazados por una formación que parece haber conectado con las reivindicaciones de la sociedad cansada de la corrupción endémica de la administración.