Redacción
28/02/2014
Se trata del sexto mes consecutivo de mejora de este dato, lo que en circunstancias normales permitiría deducir que el consumidor japonés tiene más confianza en la solidez de su bolsillo y se atreve a gastar más.
Pero en este caso, gran parte del secreto está en la subida del IVA al consumo que todos los compradores y compradoras japoneses van a tener que pagar a partir de abril.
El impuesto va a pasar del 5% actual al 8%, la fórmula escogida por el gobierno de Shinzo Abe para hacer frente al incremento de la factura en gastos sociales.
Con todo, los analistas esperan que el consumo pueda mantenerse sin grandes caídas por la presión fiscal, dado que el índice de paro, el 3,7% en enero, es el más bajo en seis años.
Hasta la fecha, las familias japonesas han acumulado compras de un cierto valor, como propiedades inmobiliarias o coches, las más castigadas por la próxima subida del IVA.
Esta tendencia ha permitido a las empresas incrementar la producción --un 4% en enero-- y garantizar puestos de trabajo que, traducidos a consumidores, puedan gastar más.
Los expertos dudan de que los efectos del Abenomics, como se conoce la política de incentivación del primer ministro Shinzo Abe basada en la inversión pública i las rebajas fiscales a las empresas, puedan sostenerse a la larga.
Pero por el momento parecen haber dinamizado el
consumo. Lo refleja otro dato, el incremento del IPC de enero en un 1.3%, por octavo mes consecutivo, en un país acuciado durante años por la persistente deflación.