Redacción
02/12/2013
En una rueda de prensa televisada, Yingluck Sinawatra
ha rechazado dimitir, tal como le pide la oposición, pero se ha mostrado dispuesta al diálogo para acabar con la mayor crisis política del año y de su mandato.
La primera ministra también ha asegurado que el ejército, un poder fáctico en Tailandia, se ha mostrado neutral y apoya una salida pacífica a la crisis.
Tailandia parece que se hunde nuevamente en el caos político, similar a la grave crisis de 2010, provocado por el endémico enfrentamiento entre los dos bandos, el gobierno y la oposición, que puede llegar a provocar una auténtica fractura social.
Este pasado domingo, el bautizado “Día de la victoria”, convocado por la oposición del Partido Democrático para pedir la dimisión del gobierno, acabó con un saldo oficial de cuatro muertos y 48 heridos.
Los manifestantes asaltaron la televisión estatal, cercaron comisarias, el complejo de oficinas de gobierno y sitiaron la Casa de Gobierno, la sede de la oficina del primer ministro. La primera ministra tuvo que ser evacuada a un lugar secreto para preservar su seguridad.
El líder de los manifestantes, Suthep Thaugsuban, asegura que tras reunirse con Yingluck, le ha dado
dos días de plazo para que dimita.
Denuncian que el gobierno de la primera ministra en realidad está controlado por su hermano, el exprimer ministro Thaksin Shinawatra, condenado por corrupción y que permanece en el exilio.
Las protestas y manifestaciones contra el gobierno de Yingluck empezaron a finales de octubre por la tramitación de una ley de amnistía que permitiría el regreso de Thaksin.
A partir del 24 de noviembre, las manifestaciones se han intensificado y han transcurrido de una forma pacífica hasta hace unos tres días. El pasado sábado empezaron los enfrentamientos con la policía y el domingo se acabó sitiando e intentando tomar oficinas gubernamentales.
Hoy la capital, Bangkok, permanece en una calma tensa. Escuelas, universidades, centros comerciales y oficinas del gobierno han cerrado. El gobierno también ha pedido a la población observar un toque de queda voluntario.
Repercusiones Económicas
Siete organizaciones empresariales ya han pedido el fin de las protestas por la repercusión que puede tener en la economía de Tailandia. Exigen que se resuelva el conflicto de forma pacífica y que las partes se sienten a negociar.
Han advertido de las consecuencias de los enfrentamientos para la imagen de Tailandia en la comunidad internacional y del riesgo que la división y los enfrentamientos conduzcan a que el país pueda ser declarado un “estado fallido”.
La agencia de calificación de riesgo Moddy’s ya ha advertido, en un comunicado, que las protestas ponen en peligro el crecimiento económico de Tailandia para 2014 porque socavan la confianza de los inversores y afectarán negativamente al turismo.