Redacción
05/12/2013
El monarca, muy venerado por la población y respetado como una figura por encima de la política, ha pedido a sus súbditos que se apoyen mutuamente por el bien del país. En su
discurso ha declarado que los tailandeses deben cumplir con su función y sus obligaciones de trabajo de forma adecuada para contribuir a la seguridad, felicidad y estabilidad del país.
El aniversario del monarca, que cumple 86 años, ha motivado una tregua en las protestas contra el gobierno que ha provocado violentos enfrentamientos en las calles de Bangkok.
Los manifestantes acordaron poner fin a los asedios a los edificios públicos por respeto al rey, aunque han asegurado que pasadas las celebraciones mantendrán sus reivindicaciones y la petición de dimisión de la primera ministra, Yingluck Shinawatra.
Por primera vez el rey ha celebrado los actos oficiales por su aniversario fuera de la capital. La ceremonia se ha trasladado al Palacio de Verano en Hua Hin, a unos doscientos kilómetros del sur de Bangkok.
Miles de personas se han desplazado hasta allí para ver la comitiva real y vitorear al rey.
El estado de salud del monarca es muy delicado, de hecho ha permanecido hospitalizado desde 2009 hasta el pasado mes de agosto.
Bhumibol Adulyadej fue coronado en 1946 y ha sido un factor clave para la estabilidad del país. La figura del monarca, respetado por la población casi como si fuera una divinidad, se ha mantenido al margen de la convulsa vida política y los numerosos golpes de estado.
Su avanza edad unida a su precaria salud añaden más incertidumbres a la futura estabilidad de Tailandia. Su sucesor, su hijo Maha Vajiralongkorn de sesenta años, tiene mucha menos aceptación social y puede desencadenar un debate sobre el papel de la monarquía en el país.