Redacción
30/12/2013
Una encuesta de opinión realizada durante el fin de semana muestra que el 69% de los japoneses cree que Abe debe prestar atención a los efectos diplomáticos que su controvertida visita al
santuario de Yasukuni ha provocado, según recoge
Japan Times.
Además, más del 47% censura la decisión de visitar el
santuario sintoísta de Yasukuni, donde se rinde homenaje a los muertos de Japón en las contiendas bélicas, incluidos algunos de los criminales de guerra juzgados, condenados y ejecutados tras la II Guerra Mundial.
Incluso el 54, 6% de la población aprobaría la construcción de un nuevo mausoleo para mostrar respeto a los muertos en la guerra sin que hubiera las inscripciones de criminales de guerra.
La visita de
Shinzo Abe ha levantado las críticas de los vecinos asiáticos, especialmente de Corea del Sur y
China, que sufrieron el militarismo nipón directamente con las duras y sangrientas ocupaciones que costaron millones de muertos.
Cuatro días después de la visita,
China mantiene que no habrá dialogo con Shinzo Abe hasta que reconozca sus errores en cuestiones bilaterales. El ministerio de Exteriores chino ha criticado la visita de Abe porque considera que demuestra el deseo de magnificar y defender la historia militarista nipona y su afán de dominación colonial en Asia.
La presidenta de
Corea del Sur, Park Geun-hye, ha acusado a
Abe de "sacar a la luz las heridas del pasado", según recoge la agencia de noticias
Yonhap.
Desde
Singapur también se ha censurado la visita y en un comunicado el gobierno muestra su preocupación porque el gesto de Abe provoca sentimientos negativos y rechazo en la región.
El departamento de Estado de
Estados Unidos emitió un comunicado mostrando su “decepción” por la visita de Abe y los enfrentamientos que generará en las ya de por si tensas relaciones con Pekín y también con Seúl.
La decisión de
Abe de visitar
Yasukuni se explica en un momento en que el gobierno japonés intenta endurecer su perfil militar y apuesta por reformar la constitución pacifista para sustituir las fuerzas de autodefensa por un ejército, ante el aumento de la tensión en el Mar de China Oriental.
Tokio mantiene contenciosos territoriales por diferentes islas desiertas con Seúl y Pekín. Además, con la colaboración de Estados Unidos pretende hacer frente al protagonismo de China y su afán de expansión e influencia en el
Asia Pacífico.
Shinzo Abe no había visitado el santuario en su primera etapa de primer ministro 2006-2007, para evitar confrontaciones diplomáticas, ni durante el año pasado al inicio de su segundo mandato al frente del gobierno.