Redacción
07/11/2013
La decisión se ha adoptado días después que le concedieran la libertad bajo fianza en el caso abierto contra él por su implicación en el asesinato del clérigo Abdul Rasheed Ghazi durante el asalto militar a la Mezquita Roja en 2007. En la operación, que llevaron a cabo las fuerzas de seguridad, para liberar el recinto, murieron un centenar de personas.
El exgeneral Musharraf, anteriormente todo poderoso hombre fuerte del país, ha conseguido eludir la prisión en todas las causas abiertas contra él y por ello se le ha
levantado el arresto domiciliario, después de pagar la fianza correspondiente.
Sin embargo permanece en las listas de control de salida del gobierno y no puede viajar al extranjero.
Musharraf ha estado imputado en el asesinato de la exministra Benazir Bhutto, acusado de no garantizar su seguridad. Además está acusado por el asesinato en agosto de 2006 del líder beluche Akbar Jan Bugti y tiene una causa abierta por ordenar la detención de más de 60 jueces tras proclamar el estado de emergencia en el país el 3 de noviembre de 2007.
El abogado de Musharraf ha asegurado que la liberación no forma parte de ningún acuerdo con el gobierno para facilitar un nuevo exilio al exgeneral.
Musharraf regresó a Pakistán, desde el exilio que se había autoimpuesto para no hacer frente a los procesos judiciales, con el objetivo de presentarse a las elecciones legislativas del pasado 11 de mayo.
Sin embargo los tribunales impidieron su participación en el proceso electoral por las acusaciones de fraude y violar la constitución.
El líder de la Liga Musulmana, Nawaz Sharif, ganó los comicios y se ha convertido en primer ministro. Se ha especulado mucho sobre un posible acuerdo con Sharif para permitir un nuevo exilio de Musharraf, bajo el pretexto de que viaje a Dubai por motivos humanitarios para visitar a su enferma madre.
El arresto domiciliario del exgeneral Musharraf ha sido una situación inédita en Pakistán donde el ejército tiene un fuerte poder y prácticamente ha gobernado el país durante la mitad de su corta historia.
Sin embargo el levantamiento del arresto domiciliario tampoco da mucha libertad a Musharraf que ha sido reiteradamente amenazado por los extremistas islamistas por su colaboración con el ejército norteamericano en la guerra de Afganistán.