Redacción
06/11/2013
La moderación del consumo en los hogares, la caída de la inversión exterior y el impacto del recorte de los subsidios a los carburantes son los principales responsables de la
desaceleración del crecimiento.
Según los datos de de la Agencia Estatal de Estadísticas, el PIB del tercer trimestre se reduce hasta el 5,6%, frente al 5,8 registrado en el trimestre anterior y alejado del 6,2% anotado en el tercer trimestre de 2012.
Indonesia ha superado los años que llevamos de crisis financiera mundial como una de las economías más dinámicas de Asia. En 2012 su PIB creció un 6,2%, ligeramente por debajo del 6,5% registrado en 2011.
Su creciente clase media y la estabilidad política han ejercido de potente imán para la inversión extranjera que el año pasado se volcó en este mercado. La economía de Indonesia se había consolidado como una de las más sólidas del Asia emergente.
Indonesia, al contrario que sus vecinos asiáticos, no es muy dependiente de las exportaciones y por tanto la caída de la demanda desde la eurozona o Estados Unidos no ha afectado tan directamente a su economía.
La creciente clase media en el cuarto país más poblado del planeta ha impulsado el consumo doméstico y ha atraído mucha inversión.
Desde la primavera pasada el gobierno ha tenido que hacer frente a una fuerte devaluación de la moneda. La inversión extranjera ha empezado a retirarse ante las expectativas que otros mercados financieros sean más atractivos en el corto plazo y la rupia se ha depreciado un 13% frente al dólar en los últimos cuatro meses.
La decisión del Banco Central de subir los tipos de interés para defender su moneda empieza a pasar factura a la demanda interna.
Además, las reformas económicas parecen estancadas ante el proceso electoral previsto para 2014 en que el presidente Susilo Bambang Yudhoyono debe abandonar el cargo.
El Banco Mundial ha rebajado las expectativas de crecimiento de la economía de Indonesia al 5,6% para 2013 y al 5,2% en 2014.