Redacción
12/11/2013
Filipinas ha declarado el estado de calamidad nacional y se enfrenta a la necesidad de socorrer a los supervivientes del tifón que se encuentran en muchos casos aislados y, pasados cuatro días, en situación desesperada por la falta de comida, agua potable y suministros.
El principal problema es que la zona afectada son islas donde es mucho más difícil acceder y llevar la ayuda humanitaria. Además, la mayoría de las infraestructuras están dañadas.
De hecho todavía no se ha podido hacer una valoración real de la catástrofe porque los equipos de rescate tienen dificultades para llegar a todas las zonas afectadas y por ello se teme que el número de muertos pueda aumentar considerablemente en los próximos días.
El gobierno ha asegurado que las dos provincias más dañadas por el tifón Haiyan, bautizado como Yolanda en Filipinas, son Leyte y Samar, que habrían sufrido una destrucción masiva.
Buques estadounidenses, desde la base de Okinawa, y británicos, desde Singapur, se dirigen a Filipinas para colaborar en el trabajo de hacer llegar la ayuda humanitaria.
Naciones Unidas ha hecho un llamamiento para conseguir 301 milllones para asistir a los damnificados que se suma al plan lanzado de ayuda a largo plazo por valor de 25 millones de dólares. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, ha descrito la situación como similiar a la que se vivió tras el tsunami que arrasó las costas del Golfo de Bengala en 2004.
Al menos 22 países han anunciado medidas de ayuda humanitaria y diferentes OING, como
Médicos Sin fronteras o
Oxfam han lanzado campañas de recogida de fondos.
Pero en estos momentos el problema urgente es atender y salvar a los supervivientes. El mal tiempo y las lluvias dificultan todavía más los trabajos de rescate y desgraciadamente se prevé el paso de un nuevo tifón dentro de 72 horas.
La desesperación ha provocado saqueos y situaciones de violencia entre la población superviviente.
El
estado de calamidad, que ha decretado el presidente Benigno Aquino, implica el envío del ejército para coordinar y reforzar las tareas de rescate y movilizar un fondo de ayuda de 423 millones de dólares.
El Haiyan llegó el viernes a la costa oriental de Filipinas, en el centro del archipiélago, con fuerza 5. Diferentes centros meteorológicos han asegurado que es el tifón con mayor fuerza en tocar tierra de la historia.
El Haiyan ha seguido camino hacia Vietnam donde llegó ayer lunes muy debilitado convertido en un tifón de fuerza 1.
A pesar que las autoridades filipinas organizaron una operación preventiva evacuando a unas ochocientas mil personas, poniendo 22 provincias en estado de alerta y advirtiendo a la población de que abandonara las zonas costeras, apuntalara las casas y cortara árboles que podían caer por el viento, es evidente que todas estas medidas no han sido suficientes.
La mayoría de los centros de acogida donde se refugió la población, colegios o instalaciones gubernamentales, no han soportado la virulencia del tifón.
Impacto del tifón Yolanda en la economía de Filipinas
Filipinas es un país que se encuentra constantemente azotado por los desastres naturales.
Su situación geográfica en el llamado “Cinturón de Fuego del Pacífico” hace que los terremotos y erupciones de volcanes sean constantes y además cada año, en la época del monzón, entre veinte y treinta tifones barren sus costas.
Sólo hay que recordar que el pasado 14 de octubre se registró un terremoto de 7,2 grados de intensidad también en el centro del archipiélago, en las islas de Bohol y Cebú, y a finales de septiembre el estrecho de Luzón sufrió el paso de otro fuerte tifón, el Usagi.
La prensa filipina destaca las declaraciones del gobernador de Albay y economista, Joey Salceda, que ha estimado que el coste del Yolanda podría ascender a un cinco por ciento del PIB del país.
Los costes del desastre, la atención a las víctimas y después la reconstrucción puede ascender a unos 14.000 millones de dólares. El paso del tifón tendrá un impacto negativo en los datos del cuarto trimestre de 2013, pero su efecto sobre todo se notará el próximo año.