Redacción
15/11/2013
El proceso de reformas aprobado en la III sesión plenaria del XVIII Comité Central del PCCh, que se clausuró el martes con un ambiguo documento, empieza a concretarse en una
hoja de ruta de las reformas a aplicar en los próximos años que se ha hecho pública hoy viernes y a la que todavía falta por desarrollar muchos temas.
A nivel social, no se producen muchas sorpresas y se anuncian reformas que eran esperadas.
Según la información publicada por
Xinhua, aunque se defiende la política estatal de planificación familiar se introducen reformas, permitiendo a las parejas en que al menos uno de los dos sea hijo único, tener dos hijos. La decisión afectará a una gran mayoría de familias o futuras familias ya que la política del hijo único se aplica desde hace casi cuatro décadas y la mayoría de los chinos en edad de procrear entran dentro de los nuevos supuestos.
Hasta ahora la ley hacía excepciones: a los miembros de minorías étnicas no se les aplicaba la ley y en las zonas rurales se permitía tener más hijos, si el primero era niña. Además, en los últimos tiempos en algunas ciudades se permitía tener un segundo hijo a aquellas parejas en que ambos eran hijos únicos.
El envejecimiento de la población en China y la presión social, ya que muchas familias con dinero se saltaban la ley y pagaban las multas, han impulsado la reforma.
La política del “hijo único”, que ha ayudado al control demográfico de la población necesario para el desarrollo del país, también ha tenido el efecto perverso de los abortos selectivos de niñas, debido a la tradición cultural de preferir un heredero varón, provocando además un fuerte desequilibrio de género. Se calcula que en el año 2020 en China habrá veinticuatro millones de hombres sin posibilidad de encontrar esposa.
Otra de las novedades que se ha dado a conocer hoy es la abolición de los campos llamados de “reeducación por el trabajo”, conocidos como "laogai”. En realidad una red de campos de trabajo forzoso creada hace más de cinco décadas donde se podía recluir a los ciudadanos hasta cuatro años sin juicio.
La decisión de clausurar los campos de trabajo se enmarca en los esfuerzos por mejorar los derechos humanos y el sistema judicial. El documento también asegura que se trabajará para prohibir las confesiones bajo torturas o malos tratos.
La existencia de los campos de trabajo ha sido muy criticada a través de las redes sociales chinas. Tuvo especial repercusión en agosto de 2012 el caso de Tang Hui, una mujer condenada a 18 meses de “reeducación” por exigir una condena más dura para los siete hombres responsables de secuestrar, violar y forzar a prostituirse a su hija de once años. El rechazo social consiguió que fuera puesta en libertad.
De forma un tanto ambigua, la agencia oficial Xinhua recoge lo que puede llegar a ser un primer paso para la abolición de la pena de muerte. Se anuncia la decisión de reducir “paulatinamente” los delitos castigados con la pena capital.
El documento también anuncia reformas económicas como una cierta liberalización del sistema financiero y la obligatoriedad que el 30% de las ganancias de capital de propiedad estatal se recauden por el gobierno a partir de 2020. También se mejorará la protección de la propiedad intelectual.