Redacción
23/10/2013
Dimitri Medvedev ha constatado el buen momento de las relaciones entre Moscú y Pekín en las reuniones con su homólogo chino, Li Keqiang, y con el presidente Xi Jinping.
Medvedev y Li han firmado distintos acuerdos entre el que destaca el incremento del 10% del suministro de petróleo a China por parte de la empresa rusa Rosneft. En virtud del acuerdo, Rosneft suministrará 38.000 metros cúbicos de petróleo anuales a China a partir de 2018, volumen que podría aumentar a 60.000 en años ulteriores.
Con todo, Rusia es el cuarto país en suministro de energía a China. Pero ambos gobiernos hablan claramente de mejorar la relación en materia energética aprovechando el factor de vecindad.
Medvedev sostiene que próximamente se verán los resultados de las conversaciones para un acuerdo de suministro de gas natural ruso.
El gobierno ruso también está firmemente interesado en las inversiones chinas, especialmente en las regiones del Extremo Oriente ruso, fronterizas con la República Popular.
Hoy por hoy, la inversión china anual en Rusia es de entre 300 y 600 millones de dólares, o lo que es lo mismo, menos del 1% de la inversión china en el exterior. En cuanto a Rusia, no supera los 30 millones de dólares en inversión en la República Popular, según informa
China Daily.
Es decir, mucho campo, mucho camino por recorrer todavía.
Precisamente, Estados Unidos ha repensado sus relaciones con China ante la evidencia que la presión y el distanciamiento por motivos comerciales y estratégicos solamente redundan en abrir mayor espacio para economías emergentes como la rusa o la brasileña.
De ahí la reunión personal y cercana en California que el presidente Obama preparara meses atrás para la visita de su homólogo chino.