Redacción
15/10/2013
El primer ministro australiano, Tony Abbott, prepara el decreto para derogar el impuesto sobre las emisiones de CO2 que grava a las grandes empresas, una de sus promesas electorales.
El conservador Tony Abbott, vencedor de las elecciones legislativas del 7 de septiembre, se ha comprometido a que el proyecto de ley que
derogue el impuesto sobre las emisiones de carbono para las grandes empresas contaminantes sea el primero que entre en el parlamento.
En 2011 el gobierno laborista consiguió aprobar una Ley de Energías Limpias que empezó a aplicarse en julio de 2012 y que imponía un gravamen a las empresas que más contaminaban. La medida afectaba a unas 500 empresas que debían pagar un impuesto de unos 27 dólares por tonelada de carbono emitido. El impuesto aumentaba un 2,5% anualmente hasta 2015 en que se abría un mercado de emisiones de CO2, a semejanza del que se aplica en Europa a las aerolíneas. Las empresas que reducen sus emisiones podrían vender su cupo a las que siguen contaminando.
Los conservadores se opusieron ferozmente a esta ley a la que acusan de ralentizar la economía del país al lastrar la competitividad de las empresas y encarecer la energía y los combustibles.
El primer ministro pretende implantar un plan de incentivos directos a los agricultores y a las industrias para reducir las emisiones de carbono al menos un 5% en 2020. Una iniciativa que, a la ahora oposición, le parece insuficiente y poco realista para luchar contra el cambio climático.
Australia es uno de los países desarrollados más contaminantes. Es el responsable del 1,5% del total de las emisiones mundiales de CO2 y el más contaminante por habitante del mundo.
El nuevo gobierno conservador se ha dado de plazo hasta el 4 de noviembre para consultar sobre la formula de la futura derogación de la ley y espera aprobarlo antes de finales de julio de 2014.
Los conservadores tienen mayoría en el parlamento y el decreto puede ser aprobado sin problemas, pero no controlan el senado donde debe ser ratificado. En julio de 2014 toman posesión los nuevos senadores electos.
Nuevos líderes laboristas
El partido laborista ha culminado esta semana su renovación tras la derrota electoral y la dimisión de su líder y hasta las elecciones primer ministro, Kevin Rudd.
Bill Shorten, de 46 años, se ha convertido en el nuevo líder del Partido Laborista y por tanto en el jefe de la oposición.
Le acompañan en la dirección y como número dos del partido la exministra de Salud, Tanya Plibersek. Es una mujer con una amplia experiencia política. Fue ministra de Vivienda y de Estatus de la Mujer en el primer gobierno de Kevin Rudd y en el gobierno de Julia Gillard ocupó las carteras de Servicios Humanos y de Inclusión Social, antes de llegar a la de Salud.
Penny Wong, ministra de finanzas en la etapa de Julia Gillard, ha sido reelegida como la líder del grupo laborista en el Senado.