Redacción
09/09/2013
La capital japonesa ha
celebrado con entusiasmo su designación como
sede de las Olimpiadas de 2020. Medio millón de personas, incluidas autoridades y deportistas, se concentraron el domingo 8 de septiembre en una gran fiesta delante de la sede del gobierno metropolitano.
También se encendió el peletero olímpico del Estado Nacional de Tokio, que fue sede de los Juegos de 1964. El estadio será remodelado con una inversión de mil millones de dólares para convertirse en la sede de 2020.
Las infraestructuras, la seguridad ciudadana y la estabilidad económica han sido los factores claves para la designación según la prensa nipona, que además ha destacado las promesas tranquilizadoras del primer ministro, Shinzo Abe, de que la catástrofe nuclear de Fukushima está controlada y no puede afectar a Tokio, que se encuentra a 250 kilómetros de distancia.
La euforia ha contagiado a la bolsa y el índice Nikkei ha subido hoy lunes un 2,48%. Los inversores han saludado con optimismo la decisión, especialmente en los sectores de la construcción y el inmobiliario.
Desde Japón, la organización de los Juegos Olímpicos se ve como un impulso y un símbolo de la recuperación tanto económica, tras décadas de estancamiento, como de la tragedia del tsunami y posterior accidente nuclear de Fukushima de marzo de 2011 que dejo 19.000 muertos.
El alcalde de Tokio ha anunciado que la llama olímpica pasará por las zonas afectadas por el tsunami y el posterior accidente nuclear de Fukushima.